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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director y guionista Damien Leone se inventó un personaje terrorífico, el diabólico payaso Art, que en lugar de hacer reír se dedicaba a cometer crímenes horrendos en la película 'Terrifier' (2016), que no llegó a proyectarse en España, pero que causó verdaderos estragos entre los espectadores en los Estados Unidos por el realismo de sus crímenes.
El film, realizado con escasos medios, los multiplicó en la taquilla, lo que animó a su creador para hacer una segunda entrega con 'Terrifier 2' (2018), que sí se vio en las salas españolas, donde también hizo unas buenas recaudaciones.
Para esta tercera se ha tomado un poco más de tiempo pero al fin y al cabo aquí está 'Terrifier 3' (2024) que es igualmente de fuerte en cuanto al realismo con que lleva a cabo sus tremendos asesinatos, esta vez con Victoria, una compañera igual de horrorosa y sádica en sus sangrientas actuaciones.
Al parecer al payaso Art le gusta actuar durante las fiestas de Halloween y tras resucitar en la segunda entrega, vuelve de nuevo, con más bríos si cabe, ya que desde que comienza la proyección no deja de matar cometiendo sus crímenes con gran realismo, a la hora de desmembrar a sus víctimas cortando brazos, piernas o rajando a una de ellas por la espalda desde el principio hasta la cabeza o echando tripas fuera del abdomen.
Toda una delicia para los aficionados a este género que tengan bien el estómago y no les produzcan vómitos tan desagradables imágenes.
Los intermedios en la narración no sirven más que para reponerse de lo visto anteriormente y prepararse para lo que nos espera.
El payaso Art se dispone a desatar el terror nuevamente entre los desprevenidos habitantes del condado de Miles durante las plácidas fiestas navideñas, en este caso tras sobrevivir a la masacre de Halloween, que parece el heredero de Jack el destripador a la hora de atacar a sus víctimas.
Siena regresa de estar un tiempo en un psiquiátrico para reponerse tras sobrevivir a los horrores y junto a su hermano pequeño tratan de reconstruir sus vidas y seguir adelante.
Pero el payaso no la ha olvidado y está dispuesto a volver y convertir en pesadilla la alegría de la Navidad.
La cuestión está en saber si volverá de nuevo a cometer sus tremendos asesinatos en una nueva entrega continuando así los horrores a la vista de cómo sigue llenando las salas.
Lo mejor de esta cinta, y son pocas cosas las que apreciamos en ella, es el realismo de los efectos visuales a la hora de cometer las muertes.
En cuanto a la realización Damien Leone hace una puesta en escena totalmente funcional para sacar adelante un guion que no tiene pies ni cabeza, enfocado nada más que a mostrar con el mayor realismo las topelías cometidas por el maldito payaso, en este sangriento festival de asesinatos que pone a prueba, una vez más, la resistencia del espectador.
Debido al exceso de metraje hace que quepan más escenas desagradables que se producen casi sin dar descanso.
A no dudar que habrá una nueva entrega de esta franquicia.
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