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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hay varias películas que tratan sobre la gastronomía, pero ésta tal vez sea la más espectacular de todas.
Está engarzada en un hecho histórico, el que llevó a Luis XIV y toda su corte al castillo del Príncipe de Condé, noble que se encontraba arruinado y quería congraciarse con el rey, al tiempo que éste lo necesitaba por ser su mejor general si entraba en guerra con los Países Bajos.
La fiesta, que duró tres días, fue encargada a François Vatel, cocinero y maestro de ceremonias para impresionar a su majestad y a fe que lo logró, hasta el punto que lo ganó en una partida de cartas.
El film plantea no sólo el despilfarro de aquella corte, los intereses políticos y estratégicos de los nobles que merodeaban al rey para obtener sus favores, sino también la rebeldía del artista creador frente a su mecenas y ante la decisión de no doblegarse a sus deseos opta por la vía trágica.
La cinta reproduce de forma bastante fidedigna lo que dicen las crónicas de la época a través de un guión sólido de dos buenos guionistas, Jeanne Labrune y Tom Stoppard.
El director Roland Joffé se ha dedicado a poner fielmente en pie el magno espectáculo pero no ha sabido darle vida, insuflarle el arte que necesitaba para que brillase a la altura que se merecía.
Gérard Depardieu, Uma Thurman y Tim Roth cumplen sobradamente sus cometidos, mientras que Ennio Morricone no está muy inspirado. Un film agradable de ver, pero sin alma.
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