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CRITICA
Por: PACO CASADO
La directora Pilar Miró comenzó en la realización de largometrajes con 'La petición' (1976), que levantó polémica.
El segundo, El crimen de Cuenca' (1980), fue prohibida durante largo tiempo y causó un gran escándalo.
Con el tercero, 'Gary Cooper que está en los cielos' (1980), se jugó su propio dinero al coproducirlo.
Es el retrato de una mujer. Andrea, que ha de someterse a una operación con muy pocas posibilidades de subsistir y durante la espera se plantea lo que ha sido su vida.
La película se desarrolla en esas 72 horas hasta llegar al quirófano.
Su trabajo, su vida en solitario o con su madre, su novio o su primer amor, sus compañeros, todo pasa en un detenido examen, en una reflexión íntima, a través de la cual conocemos el carácter, la forma de pensar y de reaccionar ante los problemas de Andrea. Pilar Miró pone bastante de su propia existencia, de su carácter en este personaje. Andrea, que como Pilar Miró, trabaja en televisión y vive experiencias muy similares.
Es difícil desligarlas a ambas.
Entre sus pensamientos, sus recuerdos, surge el actor Gary Cooper, como el hombre íntegro, maduro, el héroe y el mito que vendría a salvarlas en caso de entrontrarse en algún apuro.
Con Antonio Larreta hizo un guion serio, profundo y reflexivo, el retrato de una mujer de su tiempo, comprometida consigo misma y con los demás, que tiene claro su ídolo de ayer y que posee una clara visión de lo que quiere obtener del futuro.
La dirección va en esa misma línea, sobria y concisa.
Este film fue la revelación de la actriz Mercedes Sampietro.
Pilar Miró dedicó esta cinta a Claudio Guerin a quien le unió algo más que una gran amistad.
Fotogramas de plata a la mejor película española y a la actriz Mercedes Sampietro. Premio a Mercedes Sampietro en el Festival de cine de Moscú. Premio máscara de bronce para Mercedes Sampietro.
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