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CRITICA
Por: PACO CASADO
El tema de la iniciación sexual de un adolescente ya había sido llevado antes al cine en diversas ocasiones.
Recordemos al respecto algunos títulos como 'La primera lección' (1981), 'El graduado' (1967) o 'La primera conquista' (1969), cinta esta última que protagonizaba la propia Jacqueline Bisset.
Jonathan es un ingenuo chico de campo que gana una beca para una escuela preparatoria a la que asisten alumnos pertenecientes a una clase social más elevada, ricos y guapos como Skip.
Jonathan se convierte en el objetivo de las novatadas por parte de Skip, su compañero de habitación.
En esta ocasión surge en dicha escuela en la que estos dos chicos, Skip y Jonathan, se hacen amigos tras una gamberrada conjunta que hacen ambos y pese a las novatadas.
Jonathan en una salida nocturna conoce a Ellen, una hermosa y elegante mujer madura, mayor que él, con la que comienza una prolongada relación, una aventura sin sospechar siquiera lo que iba a suceder después, ya que el destino le reservaba una sorpresa en la que hace un descubrimiento realmente impactante.
La película está bien tratada por Lewis John Carlino, director que nos dio una buena muestra de su buen hacer cinematográfico en 'Los días impuros del extranjero' (1976) que fue el largometraje de su debut al que siguió 'El don del coraje' (1979) y el tercero de los realizados hasta este momento es 'Class' (1983), que cuenta la historia de este joven de una escuela privada que pasa una noche loca con una guapa mujer, pero de pronto se da cuenta de que con la que estuvo no es lo que él creía.
Lewis John Carlino mezcla el sensible drama con el ambiente estudiantil, lo que le da una vitalidad juvenil y resta importancia al drama, convirtiéndolo en una agradable comedia, que lleva con buen pulso narrativo, a lo que contribuye en gran medida el trabajo de la exquisita actriz Jacqueline Bisset y el empuje de los jóvenes actores Rob Lowe y Andrew McCarthy y en un pequeño, pero ajustado papel, de Cliff Robertson.
El guion traza las líneas maestras que sigue la dirección con acierto, aunque tal vez algunas escenas queden algo desdibujadas, como las de las relaciones matrimoniales de Jacqueline Bisset y su marido Cliff Robertson, lo que no empaña el discurrir de la narración y evita explicaciones innecesarias a las situaciones que se crean que quizás no fueran necesaria para el meollo fundamental de la cuestión.
El veterano compositor Elmer Bernstein construye una delicada partitura que pone el ambiente necesario y adecuado a la historia.
Ganó el Ticket de oro en el Festival de cine de comedia de La Coruña 1983.
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