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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una comedia con niños, mejor con bebés, que hacen de las suyas con la ayuda del ordenador y con unos simpáticos e ingeniosos diálogos de adultos que puestos en boca de los pequeños surten un efecto más gracioso.
La idea parte de una doctora que sostiene que estos pequeños genios son inteligentes y que tienen un idioma propio en sus balbuceos que no entienden los mayores y que pierden una vez que pasan la barrera de los dos años.
Todo sale a pedir de boca, y nunca mejor dicho, hasta que uno de ellos escapa de su encierro y pone en peligro toda la organización de la maléfica doctora, que lo que desea es crear genios para en un futuro dominar el mundo.
El efecto cómico se pierde a partir de las primera imágenes ya que el resto es repetición de situaciones en las que los pequeños son capaces de ensayar el karate y vencer incluso a feroces gorilas guardaespaldas de la doctora.
Todo es demasiado ingenuo e infantil en esta comedia por la que se pasean en los papeles de los malos Katherine Turner y Christopher Lloyd, dirigidos por Bob Clark, el realizador de 'Porky's' (1981).
Lo demás lo ponen los trucos visuales con los que se han retocado bocas, gestos y actitudes de los peques por vía digital para producir el efecto deseado.
Mejor dirección y efectos especiales en los premiosThe Stinkers Bad Movies.
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