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CRITICA
Por: PACO CASADO
No vamos a descubrir ahora a los hermanos Taviani, ya que la sola presencia de sus nombres en la dirección de una película es como un símbolo de garantía. No obstante nos hemos distanciado un poco al no venir el cine italiano con la profusión de antes y han quedado inéditas en nuestras pantallas sus dos últimos films, Il sole anche di notte (89) y Fiorile (92).
En esta ocasión se han basado en una novela de Johan Wolfgang Goethe, situada en la Toscana, durante las guerras napoleónicas, en torno a las románticas relaciones que se establecen en un matrimonio, casados algo mayor, al cabo de algún tiempo de conocerse en que debieron hacerlo, a los que se les une la hija adoptiva de ella y un amigo del marido, arquitecto, que está en mala situación económica, que es invitado para que repare la gran mansión en la que habitan.
Las relaciones afines que se establecen entre los jóvenes despiertan otras posibles, cruzando las parejas, lo que viene a perturbar la paz y la tranquilidad del sosegado matrimonio adulto.
Sobre estas relaciones flota un ánimo de libertad en todos los sentidos en esta historia romántica, que los Taviani se encargan de que se salga de lo habitual a través de una puesta en escena en la que, de vez en cuando, se da paso a lo subreal, a la fantasía, dirigida en su puesta en imágenes casi de forma teatral y ajustándose al texto, con una bien cuidada fotografía, ambientación y banda sonora que ilustran el interés del contenido haciéndolo más atractivo.
'Las afinidades electivas' es una cinta correcta, clásica en su puesta en escena, bien ilustrada, con momentos de gran belleza formal e interpretada algo fríamente, tal vez acorde con el romanticismo de la época y la clase social de los personajes, que creemos no está en la mejor línea del cine de los famosos hermanos Taviani.
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