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CRITICA
Por: PACO CASADO
Desde hace unos años en el cine se han planteado que para realizar una película hay dos caminos a seguir: uno el del clacisismo más puro, lleno de madurez y de calidad que tan sólo lo siguen los más grandes maestros, que imitan posteriormente de forma más torpe sus seguidores.
El otro, tratar de ensayar, renovar y buscar nuevas formas de expresión a través de la imagen.
Con seguridad el primero es el que más perdura a través del tiempo y sin embargo pocos films surgidos de esos ensayos con aires distintos y nuevos hallazgos permanecen a través del tiempo como muestras válidas a la hora de hacer un cómputo o balance al cabo de unos años.
Cuando el tiempo haya transcurrido por esas obras, muchas de ellas habrán quedado en el olvido o carcomidas por los años, porque su calidad no ha resistido al paso de los tiempos.
Aquí nos cuenta la historia de dos chicas que tratan de entender el significado del mundo y de sus propias vidas, para lo que se embarcan en una serie de aventuras en las que nada se toman en serio, viviendo la vida de forma disipada, tratando se pasarlo bien con las cosas que se les pasa por sus mentes sin que haya nada que les pare en ese camino de destrucción.
Vera Chytilová es una directora joven que ensaya con 'Las margaritas' (1966) su segundo largometraje en Eastmancolor, tras debutar con 'O necem jiném' (1963) y dirigir un fragmento de 'Las perlas del fondo del agua' (1965) y en el que trata de hacer algo diferente,
Toda la intención de su ópera prima se convierte aquí en una superficial crítica social del mundo, de la sociedad, de algo tan caótico como resulta su propia obra, en la que se apuntan varias cosas, pero creemos que finalmente dice poco.
La película la podíamos comparar con unos fuegos de artificio de vistosos colores, que alegran unos momentos nuestra vista, pero que al cabo de unos minutos la luz se ha ido de nuestros ojos y nada ha quedado de ello más que un vago y fugaz recuerdo de aquello tan bonito y entretenido.
Es una cinta divertida, alegre, donde hay mucho del cine interior y poco de un camino nuevo de cara al futuro.
No obstante resulta una película interesante en la que al menos hay una intención y una buena voluntad de hacer algo diferente, aunque no esté totalmente perfilado, rompiendo la linealidad narrativa y usando su lugar el sistema del collage.
Gran Premio de la UCC en el Festival de Bérgamo 1967.
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