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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las diferentes autonomías se empeñan en hacer cada una su propio cine y para ello los directores locales embarcan a multitud de firmas para que financien el proyecto que finalmente resulta poco rentable, porque o no se exhibe fuera del territorio o las recaudaciones son tan exiguas que no llegan a cubrir el presupuesto.
Recientemente salió la noticia de la pérdida de espectadores del cine español y que hay títulos que reciben más ayuda que la que después obtienen en la taquilla.
Esto no es nuevo ya que antes algunos productores ganaban dinero antes de producir y estrenar la película.
Esta que comentamos 'Los muertos van deprisa' (2008) es de las que la ayuda seguramente supera a la taquilla a juzgar por la cantidad de firmas que aparecen en los créditos de comienzo.
Es el primer largometraje de acción real de ╡ngel de la Cruz, un director que posee dos Goya por sus dos films de animación, El bosque animado y El sueño de una noche de San Juan en los que al igual que en este trataba temas gallegos.
Esta vez pretende hacer una comedia ambientada en el pueblecito de Fariño del Mar, al que llega una camionera cuyo vehículo se queda atascado en un puente y no puede pasar el entierro de Don Cándido que acaba de fallecer.
Esta circunstancia da origen a una comedia en la que participan varias parejas del pueblo y algunos típicos lugareños con sus creencias sobre las meigas, la muerte, la Santa Compaña y demás tópicos gallegos.
Cinta con poca gracia, que parte de un guion bastante absurdo. Se salvan en parte actores como Neus Asensi, Chete Lera o Manuel Manquiña, como más veteranos, en una realización sin mucha idea ni inteligencia y adivinamos que con pocos medios.
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