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CRITICA
Por: PACO CASADO
Carlos Molinero es un joven director que debuta, recién salido de la Escuela de Cine de Madrid, que junto con su profesora de guión, Lola Salvador, y algunos compañeros de clase han adaptado la obra teatral de José Luis Alonso de Santos.
Berta es una enfermera madura que a la muerte de su hermana se hace cargo de sus tres sobrinos. Un día conoce a Eduardo, un policía a punto de jubilarse debido a su enfermedad, pero antes quiere resolver el crimen de un inmigrante de color que ha sido apaleado por unos cabezas rapadas y todas las sospechas apuntan a dos de los sobrinos de Berta.
La historia de Alonso de Santos es interesante y a decir verdad Lola Salvador ha sacado un estupendo guion de la misma que es malogrado por una pretendidamente renovadora puesta en escena.
La película ha sido rodada en digital, lo cual perjudica la calidad de la fotografía, agravada por una constante y nerviosa cámara a mano que no deja ver nada y con un montaje que acentúa el defecto, tal vez con la idea de hacer más violenta la propia violencia del film, pero no deja ver nada.
Lo mejor es cuando la cámara se serena, que es generalmente en las escenas de amor entre la madura pareja que trata de encontrar una segunda oportunidad que tal vez se le vaya por el desagüe debido a una juventud que ha tomado un camino equivocado y que con ese lenguaje no llegará a entenderse nunca.
En la bada sonora tiliza la partitura de el Vals de las Olas. Ganó el Goya al mejor guión adaptado. Nominados Carlos Molinero como mejor director novel y María Isasi como mejor actriz revelación.
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