Título: |
PÁJAROS DE PAPEL |
Título original: |
PÁJAROS DE PAPEL |
Nacionalidad: |
ESPAÑA de 2010 |
Dirección: | EMILIO ARAGÓN |
Guión: | EMILIO ARAGÓN y FERNANDO CÁSTETS |
Fotografía: |
DAVID OMEDES |
Música: |
EMILIO ARAGÓN |
Interpretes: |
IMANOL ARIAS, LLUIS HOMAR, ROGER PRINCEP, CARMEN MACHI, FERNANDO CAYO, DIEGO MARTÍN, ORIOL VILA, LUIS VARELA, JOSÉ ÁNGEL EGIDO, ANA CUESTA, ASUNCIÓN BALAGUER y EMILIO ARAGÓN "MILIKI". |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS |
Duración: |
122 MINUTOS |
Por PACO CASADO
No es fácil, para un director que empieza, montar una historia como la que ha creado Emilio Aragón con el problema añadido de estar ambientada en la guerra civil española, con lo que eso supone de recreación de una época pretérita.
Jorge del Pino es un artista que se ha quedado viudo durante la guerra y vuelve al cabo de un año convertido en un hombre roto que trata de rehacer su vida, pero lleno de odio a los que le quitaron a su mujer y a su hijo. Con su compañero de escena, el ventrílocuo Enrique Corgo, que oculta su condición de homosexual, recogen a Miguel, un niño de 10 años, producto de la guerra, que ha perdido a sus padres. Con la compañía que recompone Arturo recorren el país huyendo del dolor, la tristeza y la represión a base de la música, la magia, la ilusión que crean en los cutres escenarios mientras matan el hambre con su arte y con amor.
El argumento, tal vez extraído de algún relato que le contara su propia familia, Aragón ha creado el guión en colaboración con Fernando Cástets, guionista de El hijo de la novia y Luna de Avellaneda, que nos recuerda a otras películas parecidas, como Cómicos, de Juan Antonio Bardem o El viaje a ninguna parte, de Fernando Fernán Gómez, sin que ello suponga comparación alguna. Cuenta una historia emotiva sobre los profesionales de las tablas que sufrieron la guerra civil en sus carnes, que conmueve, aunque para ello recurra al sentimentalismo, sea maniquea por momentos, o preste homenaje a esos artistas populares ambulantes que nunca lograron la gloria, sólo un pedazo de pan untado con el aplauso del público como premio a su actuación para seguir subsistiendo. Y de postre una sonrisa entre tanto drama para seguir adelante.
La cinta posee una cuidada producción para una narración tan personal que el director, por su profesión, debe conocer bien porque la ha vivido en su familia. Está llevada a cabo con ritmo adecuado, aunque con algún bache debido a su extenso metraje y con sorpresa en el tercio final.
La película vibra al son de la música, la picardía e ingenio de las canciones compuestas para el film, que parecen extraídas de aquellos años, y se cierra con un emotivo espíritu de sinceridad y amor a la figura de su padre.
Con la sobriedad de Imanol Arias, la serenidad de Lluís Homar, el gracejo de Carmen Machi, que representa bien a la cupletista de la época, y el pequeño Roger Príncep, se crea esta historia llena de vida.