![]() |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Harris Goldberg y Rob Schneider, crearon en 1999 los personajes de Gigoló que sirvió para que éste último hiciera su primer papel protagonista y que el novato Mike Mitchell debutara en la dirección.
Debido a su éxito comercial, cercano a los 100 millones de dólares, que no artístico, los productores, entre ellos Adam Sandler, muy amigo de Rob Schneider, han decidido retomar el personaje de Deuce Bigalow y hacer una nueva historia, esta vez ambientada en Amsterdam, en la que de nuevo su amigo el proxeneta T.J. le vuelve a llamar y a meter en líos, ya que allí hay un asesino que está matando a todos los mejores prostitutos europeos concentrados en la ciudad.
Para ayudar a su amigo se convertirá en una especie de investigador privado y volverá a practicar el oficio sexual en el que se vio metido sin querer en la anterior película.
Todo el humor tópico, el exceso en las situaciones pretendidamente cómica, la sal gruesa, el mal gusto escatológico de la primera se vuelve a utilizar en esta secuela a la que se le ha añadido algunas ligeras críticas a la política norteamericana, lo que no mejora en ningún momento el original, con gags que no tienen la más mínima gracia, con diálogos escabrosos y soeces que a veces producen vergüenza ajena.
Un film procaz con un mensaje sexista, dirigido a la juventud que se ríe fácilmente de cualquier cosa con chistes vulgares que constituyen este despropósito sin la menor gracia.
En la banda sonora se utilizan las canciones 'Something stupid' o 'Marika tu, marika yo'.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE













































































