Título: |
LOLA MONTES |
Título original: |
LOLA MONTES |
Nacionalidad: |
FRANCIA, ALEMANIA de 1955 |
Dirección: | MAX OPHULS |
Guión: | MAX OPHULS y ANNETTE WADEMANT. Basados en la novela "LA VIDA EXTRAORDINARIA DE LOLA MONTES" escrita por CECIL SAINT-LAURENT |
Fotografía: |
CHRISTIAN MATRAS |
Música: |
GEORGE AURIC |
Interpretes: |
MARTINE CAROL, PETER USTINOV, ANTON WALBROOK, IVAN DESNY, OSKAR WERNER, HENRI GUISOL, WILL QUADFLIEG y LISA DELAMARE |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS |
Duración: |
116 MINUTOS |
Por PACO CASADO
En una obra cinematográfica cabe distinguir el tema y los valores estéticos.
Esta película del director de 'Amoríos' (Liebelei) (1933), 'Madame de...' (1955) tiene un asunto escabroso y unos valores artísticos notables y Max Ophuls, que era un genio de la narración cinematográfica, que conocía bien los recursos del lenguaje fílmico, no dejó de inventarlos hasta su muerte, en esta su última obra y única que hizo en color.
Una pequeña compañía de circo cuenta entre sus atracciones con un espectáculo especial, número fuerte de toda la representación: la historia real de la hermosa artista que pisó y dominó palacios y cortes, fue amante de políticos, artistas y príncipes y alcanzó el título de condesa de Landsfield y decayó posteriormente hasta oscurecerse por completo, pasando del máximo esplendor a la nada más absoluta.
Historia de una mujer irlandesa Eliza Rosanna Gilbert conocida con el nombre artístico de la famosa Lola Montes y su romance con el rey de Baviera, presentada como una especie de divertimento y charada.
Max Ophuls al tener en sus manos el nuevo invento del CinemaScope y el color se superó a sí mismo encontrando tantos hallazgos que sería difícil de enumerarlos.
La disposición de los objetos, los encuadres, la iluminación, el movimiento de la cámara y la variación de los límites del cuadro, fue algo nuevo nunca visto hasta entonces.
Era un puro experimento y por tanto una fuente inagotable para los directores futuros, un ejercicio caligráfico.
Una forma espléndida.
Un auténtico alarde de calidades visuales y auditivas, una perfección absoluta de ritmo y de imagen que culmina en las escenas circenses de interés antológico por su originalidad y por las dificultades que resuelve en ellas.
Max Ophuls fue un realizador extraordinario, los actores en sus manos se despersonalizan, se minimizan, se transforman en meros recursos subordinados como la luz o el sonido.
También resaltan y relucen como nunca porque la cámara, la fotografía y el encuadre, interpretan lo que nunca hubieran podido encarnar.
Max Ophuls utiliza el CinemaScope con verdadero sentido funcional y perfeccionó increíblemente el color sacándole un partido memorable con un montaje realmente interesante.
Es una pena que todos estos valores no se pudieran apreciar en toda su amplitud cuando este film fue estrenado en España con apenas escasamente hora y media de duración, ya que en su versión completa casi llega a las dos horas.
Aquella edición fue la abreviada por los productores, además de los cortes que sufrió por parte de nuestra censura, dado el tema que trataba de los amores escandalosos de la bailarina Lola Montes.
Max Ophuls fue un autor verdaderamente creador en muchos sentidos como se puede apreciar por esta su obra póstuma, por el uso extraordinario que hizo del CinemaScope, empleado de forma funcional del sistema scópico, eliminando laterales vacíos cuando no interesaba, acortando la pantalla según las conveniencias del relato, o la intensidad dramática del mismo y el sentido tan original de presentar un drama de corte tan folletinesco.
Si a esto añadimos la recreación fantástica de la época, la plasticidad del colorido, vestuario, decorados, ambientación, etc. está más que justificada una nueva proyección, además de poder escuchar sus voces originales.
Una de las obras más interesantes y última del director alemán Max Ophuls sobre la fascinación que ejerce una bella mujer, bailarina irlandesa, en una serie de hombres importantes.
Cinta con logros artísticos y fotográficos de Christian Matras más que notables.
Película brillante no exenta de un cierto barroquismo, con unos movimientos de cámara excepcionales.
A la bella Martine Carol dan la réplica, entre otros, Peter Ustinov y Anton Walbrook.
Cuarto lugar entre los diez mejores films de Cahier du Cinéma.