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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película, llegada con retraso, se basa en la obra teatral Simpático, del dramaturgo y actor americano Sam Shepard, autor entre otros guiones de Zabriskie Point y París Texas.
Con ella debuta en el largometraje cinematográfico el director de teatro británico Matthew Warchus, para contarnos la historia de dos amigos desde la infancia, Winnie Webb y Lyle Carter quienes tras una artimaña para forrarse en las apuestas de las carreras de caballos, se rompió su indisoluble amistad.
Winnie se hizo criador de caballos y es millonario. Lyle en cambio está acabado, es un detective privado dado a la bebida y se ha convertido en un perdedor solitario que quiere limpiar su pasado y recurre a su amigo para obligarlo a ello.
El guion, cuya adaptación de la obra no ha debido ser fácil, toca temas como la traición, la amistad, la búsqueda de la propia identidad, los amores de juventud o el cierre de las heridas que provocó la ruptura amorosa y de la amistad.
Los personajes no acaban de estar muy perfilados y hay escenas que alargan la trama, provocando la tardanza en su planteamiento y resolución, faltándole tensión argumental.
La dirección saca adelante como puede el empeño.
Nick Nolte hace el personaje atormentado que le hemos visto ya en varias ocasiones y para Sharon Stone se reserva un pequeño papel que supone su regreso al cine tras algún tiempo ausente de las pantallas. Mejor Catherine Keener.
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