Título: | STONE | |
Tit. Orig.: |
STONE | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2010 | |
Dirección: | JOHN CURRAN | |
Guión: | ANGUS MacLACHLAN | |
Fotografía: | MARYSE ALBERTI | |
Música | ERIC CADIEUX | |
Interpretes: | ROBERT De NIRO, EDWARD NORTON, MILLA JOVOVICH, FRANCES CONROY, PEPPER BINKLEY, SANDRA LOVE ALDRIDGE, RACHEL LOISELLE, RICHARD MURPHY y PETER LEWIS | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 101 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El australiano John Curran, director de "Ya somos dos" (2004), prometía bastante cuando realizó la tercera adaptación que se ha llevado al cine de la novela de William Somerset Maugham, "El velo pintado" (2006) y ahora nos decepciona en parte con este guión de Angus MacLachlan que rehace una antigua obra de teatro suya que tenía escrita hace tiempo que convierte en guión cinematográfico.
Cuenta la relación que se establece entre Jack Mabry, un agente de la condicional, hombre religioso, que revisa el caso de Gerard Stone Creeson, un preso condenado a diez años, que ha cumplido ocho y desea salir porque dice que ha cambiado.
Para convencerlo de que haga un informe positivo a su favor, busca el apoyo de Lucetta, su guapa y atractiva esposa.
Se trata de un enigmático thriller carcelario, de turbia tensión psicológica y drama pasional, pesimista en torno a la corrupción, que como telón de fondo desliza una crítica sobre la práctica de la religión, la hipocresía, la apariencia de ser honrado cuando deja fluir sus más bajos instintos sexuales. Pero en el pecado lleva la penitencia porque la falta se vuelve contra él.
El planteamiento del film se basa fundamentalmente en el duelo que se establece entre dos grandes actores, Robert de Niro y Edward Norton, que ya actuaron juntos en "Un golpe maestro" (The score) (2001), de Frank Oz, como es propio de una obra de teatro, que se desarrolla prácticamente en tres escenarios, la cárcel y las casas de los dos protagonistas masculinos, con abundancia de diálogos y poca acción, aunque la aire un poco.
En el capítulo interpretativo hay que apuntar también el nombre del tercer lado del triángulo, Mila Jovovich, que demuestra que no solo vive de cintas de acción, con un trabajo aceptable para lo que es el papel que representa su personaje en esta ocasión, una mujer corriente, que pone en juego toda su femineidad para lograr el objetivo que se ha propuesto.
Y también la otra actriz del reparto, Frances Conroy, la esposa frustrada de Jack, que expresa con su interpretación facial más que con los labios.
El problema del guión, que toca temas como la infidelidad, la fe, el complejo de culpa y la propia identidad, es que no sabe cómo terminar la historia de la caída de este hombre en apariencia honrado, de rígida moral, un hipócrita integral que acaba en manos de una mujer manipuladora, que se hunde en sus remordimientos, que pone en crisis su propio matrimonio. El final elegido para resolverlo acaba decepcionando.
A ello contribuye una realización que no se quiebra la cabeza al planificar los encuentros, de imprimir emoción en el enfrentamiento, perdiendo el ritmo en ocasiones y haciendo la cinta monótona, a lo que ayuda la música, sin gran interés.