Título: | TRON LEGACY | |
Tit. Orig.: |
TRON 2.0 | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2010 | |
Dirección: | JOSEPH KOSINSKI | |
Guión: | EDWARD KITSIS, ADAM HOROWITZ, BRIAN KLUGMAN, LEE STERNTHAL. Argumento de STEVEN LISBERGER, BONNIE MacBIRD | |
Fotografía: | CLAUDIO MIRANDA | |
Música | DAFT PUNK | |
Interpretes: | GARRETT HEDLUND, JEFF BRIDGES, OLIVIA WILDE, BEAU GARRETT, MICHAEL SHEEN, BRANDON JAY McLAREN, YAYA DaCOSTA, JAMES FRAIN, BRUCE BOEXLEITNER | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 127 MINUTOS |
---|
Por PACO CASADO
En 1982 el guionista y director Steven Lisberger escribió y realizó "Tron", una película con un tema adelantado a su tiempo que era más para un técnico en computadoras o un creador de videojuegos que para el espectador normal, no habituado a esas técnicas avanzadas de la electrónica y la informática.
La idea era original pero el guión no lo suficientemente explicativo para que el público entendiera el lenguaje empleado. Visualmente era un hermoso espectáculo, pero la imagen no acompañaba al contenido, aunque la música de Wendy Carlo apoyara bien los efectos especiales. Debido a ello aquella realidad virtual no fue bien acogida en la taquilla y se estrelló, aunque para algunos se convirtió en un film de culto.
Casi todo lo que decíamos en la crítica de aquella cinta se podría aplicar a ésta que más que un remake es una continuación. En "Tron", Kevin Flynn volvía al mundo real después de haber luchado con guerreros electrónicos y combatido en carreras de motos de luz.
Esta lujosa continuación, en la que la Disney ha invertido 113 millones de euros, obvia ese regreso para que su hijo Sean tenga que investigar la desaparición de su padre e ir en su busca y así volver a repetir ese universo de redes informáticas, de luchas de discos y nuevamente las carreras en motos y aeronaves de luz.
El guión, previsible desde el inicio, tiene un comienzo entendible, pero en el momento en que Sean encuentra a su padre, la trama se hace farragosa e ininteligible con tanta tecnología y efectos especiales que a veces resultan mareantes y poco clarificadores de quién es quién en esos combates con cascos, que aún siendo de lo mejor no ofrecen ninguna novedad.
Todo ello sucede en un mundo sombrío, de cielos nublados, de ambientes oscuros y fríos, que componen ese cyber universo lleno de peligros en el que se desarrolla una violencia digital desaforada a vida o muerte.
Sin embargo allí destaca el amor de un padre por su hijo que está dispuesto al sacrificio final de dar la vida por él.
Los actores resultan poco creíbles y faltos de atractivo para el espectador, con un Jeff Bridges en una doble apariencia, como padre envejecido y como doble rejuvenecido veinte años, convertido en el tirano del relato que parece un robot sin corazón.
Al inicio se advierte que parte de esta artesanal película ha sido rodada en 2D y sólo se usan las 3D en los momentos más espectaculares que se desarrolla en ese mundo cibernético que sigue la estética de la primera, con un ritmo más frenético y sofisticado al gusto de los jóvenes de hoy habituados a los videojuegos.