Título: | ABIERTO HASTA EL AMANECER | |
Tit. Orig.: |
FROM DASK TILL DAWN | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1995 | |
Dirección: | QUENTIN TARANTINO | |
Guión: | QUENTIN TARANTINO | |
Fotografía: | GUILLERMO NAVARRO | |
Música | GRAEME REVELL | |
Interpretes: | GEORGE CLOONEY, HARVEY KEITEL, JULIETTE LEWIS, QUENTIN TARANTINO, SALMA HAYEK, CHEECH MARIN, FRED WILLIAMSON | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS | |
Duración: | 101 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Cuando un autor se hace con los favores del gran público cualquier cosa que haga cae bien, o lo que es lo mismo, logra hacer que la taquilla funcione.
Con Quentin Tarantino está sucediendo como con Jim Carrey, que el peor actor del mundo, es el mejor pagado, porque más dinero da en la recaudación de sus películas.
Tarantino tras su éxito de "Reservoir Dogs" y "Pulp Fiction" está sacando ahora los primeros guiones que escribió y en alianza con Robert Rodríguez está llevándolos a cabo y los espectadores acuden a ver el nuevo producto y pasarlo bien con las excentricidades de ambos.
"Abierto hasta el amanecer" comienza como un clásico del cine negro, con un par de hermanos delincuentes que tras cometer varios atracos y asesinatos en Texas, han de cruzar la frontera con México para lo que se apoderan de un predicador y sus dos hijos como rehenes, hasta llegar a un local de mala fama donde han de esperar a sus compinches hasta que amanezca.
A mitad de la historia cambia el género, convirtiéndose en el típico film de vampiros que recuerda a "La noche de los muertos vivientes", en ocasiones, y en toda una orgía de sangre y casquería de lo más repugnante en la más gigantesca matanza que recordamos desde "Tu madre ae ha comido a mi perro".
Las frágiles y seductoras bailarinas y empleados del local se convierten en feroces bestias sedientas de sangre que atacan una y otra vez a los protagonistas.
La historia degenera en insulsa, ridícula, y en ella se ve metido un buen actor como Harvey Keitel, sin comerlo ni beberlo. No resulta más asquerosa y repugnante porque el frenético montaje que Robert Rodríguez imprime a las imágenes no deja recrearse en ellas.
Si el género gore ya de por sí tiene adeptos, la firma de Tarantino y Rodríguez juntos resulta un aliciente más para los aficionados a esta clase de cine, aunque de ésto último tiene poco.