Título: | LOS IDUS DE MARZO | |
Tit. Orig.: |
THE IDES OF MARCH | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2011 | |
Dirección: | GEORGE CLOONEY | |
Guión: | GEORGE CLOONEY, GRANT HESLOV, BEAU WILLIMON | |
Fotografía: | PHEDON PAPAMICHAEL | |
Música | ALEXANDRE DESPLAT | |
Interpretes: | RYAN GOSLING, GEORGE CLOONEY, PHILIP SEYMOUR HOFFMAN, PAUL GIAMATTI, EVAN RACHEL WOOD, MARISA TOMEI, JEFFREY WRIGHT, MAX MINGHELLA, JENNIFER EHLE | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MANORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 101 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
No siempre cuando un actor se pasa a la dirección se convierte en un gran director, aunque algunos han ido mejorando con el tiempo. El caso de George Clooney ha resultado bastante positivo, ya que de las cuatro películas que ha dirigido hasta ahora nos quedamos con "Buenas noches y buena suerte" (2006) y la presente que comentamos y casualmente las dos se enclavan en temas políticos, mientras que las otras resultan menos interesantes, "Confesiones de una mente peligrosa" (2002) y "Ella es el partido" (2008).
Tras pasar por la Mostra de cine de Venecia, donde gustó a la crítica, nos llega el cuarto largometraje como director de George Clooney, "Los idus de marzo" (2011).
Se basa en la obra teatral Farragut North, de Beau Willimon, que extrajo el tema de su propia experiencia adquirida durante la campaña de 2004 para el demócrata Howard Dean, lo cual no quiere decir que sea exactamente lo que ocurrió en ella.
Aquí refleja los días finales de la campaña de las primarias americanas en Ohio a la presidencia de los EE.UU. entre el candidato demócrata y el republicano y las intrigas, zancadillas y juego sucio que se utiliza para conseguir el poder, que por definición corrompe y en este caso no había de ser menos.
El protagonista es Stephen Meyers, el jefe de prensa del Gobernador Mike Morris, cuya campaña dirige Paul Zara. Stephen cree fielmente en su candidato, es un joven inocente, que no conoce los recovecos de la política, ni el lío en que se verá metido cuando el jefe de campaña de los republicanos, Tom Duffy, le cita para hablar con él y cae en la trampa, jugándose así su carrera, pero otros caerán antes que él porque inteligentemente sabrá jugarles con sus mismas armas.
Ello le producirá el desencanto cuando al creer en la honestidad y los principios de su candidato éstos se verán arruinados y lo tendrá en sus manos.
No se trata de un film político, aunque al desarrollarse dentro de la campaña de las primarias norteamericanas tiene una primera parte en la que nos enseña la mecánica por dentro, la manera de funcionar, pero a partir de la segunda mitad lo que priva es la intriga, el suspense en torno a una muerte y el futuro de todos los que están en torno a esa historia.
Es entonces cuando el guion se pone más interesante a través de los giros que da para comprometer a unos y otros y llegar al final.
Denuncia la falta de escrúpulos, la traición, la ambición de individuos sin conciencia capaces de vender su alma, la responsabilidad de la erótica del poder, la embriaguez de todo aquel que prueba ese néctar que le lleva generalmente a la corrupción olvidándose de los ideales, de las promesas y del bienestar del pueblo, utilizándolo en beneficio propio o del partido, algo que podemos ver con frecuencia en nuestro entorno y si allí se le teme a que salga a la luz algún desliz sexual aquí es a la corrupción.
Es la violación del código de honor bajo el que se esconde la ambición y la moral que acaba perdiéndose con las mentiras, los pactos secretos, las puñaladas por la espalda y la manipulación con tal de ganar.
Tiene buenas dosis de inteligencia al exponer la hipocresía, el juego sucio, los supuestos buenos principios y el desprecio de la vida ajena.
Es una parábola brillante que da un buen palo al cinismo de la política, con unos diálogos medidos, bien escritos, llevada a cabo con ritmo trepidante, con lucidez dramática cuyo guion adaptado fue nominado al Oscar, que también lo fue en los Globos de oro como así mismo la película, la dirección y Ryan Gosling como mejor actor.
La veracidad de la cinta se ve incrementada por la estupenda interpretación que hace todo el reparto de sus respectivos personajes, sobre todo cuando adquiere aspecto de thriller y abandona el tema de la política.
George Clooney se reserva un papel secundario dando el protagonismo a Ryan Gosling, un actor que va cada día a más desde el estupendo trabajo que hizo en Drive, con excelentes veteranos como Paul Giamatti, Philip Seymour Hoffman y Marisa Tomei o la joven Evan Rachel Wood que no le va a la saga a ninguno de ellos.
Clooney hace una sobria puesta en imágenes, con sencillez, una dirección inteligente, eficaz en la narración y en el manejo de los actores, lo que le convierte en el mejor film de su todavía corta filmografía.