Título: | QUIERO SER ITALIANO | |
Tit. Orig.: |
L'ITALIEN | |
Nacionalidad: | FRANCIA, 2010 | |
Dirección: | OLIVIER BAROUX | |
Guión: |
OLIVIER BAROUX, JEAN-PAUL BATHANY, STÉPHANE BEN LAHCENE, ÉRIC BESNARD, NICOLAS BOUKHRIEF |
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Fotografía: |
ARNAUD STEFANI |
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Música |
MARTIN RAPPENEAU |
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Interpretes: |
KAD MERAD, ROLAND GIRAUD, GUILLAUME GALLIENNE, KARIM BELKHADRA, PASCAL VINCENT, SAPHIA AZZEDDINE, VALÉRIE BENGUIGUI, FARIDA OUCHANI |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 102 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Con Olivier Baroux se da una vez más el caso de un actor que tras interpretar una docena de películas y otras tantas tvmovies y cortos, se pasa tras la cámara para dirigir un film.
Debutó en el largometraje con 'Ce soir, je dors chez toi' (2007) al que siguió 'Safari' (2009), siendo 'Quiero ser italiano' (2010) el primero de sus títulos que tenemos ocasión de ver en nuestras pantallas españolas.
Dino Fabrizzi tiene 42 años, vive en Niza, está a punto de ser ascendido en su empresa, la casa Maserati, en la que es el número uno como vendedor de coches, y su novia Hélène desea casarse.
La vida le va bien a Dino, pero está basada en la mentira ya que no es italiano y su verdadero nombre es Mourad Ben Saoud, algo que oculta a su jefe y también a su novia desde hace un año.
Como musulmán tendrá que cumplir el Ramadán, como le prometió a su padre, pero su práctica ante sus compañeros de trabajo será difícil de ocultar.
Esta cinta, que reflexiona sobre la mentira y sus consecuencias, tuvo éxito en Francia superando el millón de espectadores lo que posiblemente haya sido el pasaporte para ser vista en España.
Se trata de una divertida comedia sobre la crisis de identidad, debido a la serie de situaciones, algunas poco posibles y otras difíciles de creer, que se dan a lo largo de su argumento y en las que se ve comprometido el protagonista por los embustes que tiene que echar a todos para ocultar su verdadera identidad.
Se ha metido en ese embrollo por miedo a no encontrar piso, a no ser contratado si decía la verdad, por huir al racismo, por la falta de papeles, el desconocimiento de su propia religión que no ha practicado nunca en más de cuarenta años y desconoce lo que está prohibido y los preceptos a cumplir, y a cuestionarse muchos de los comportamientos de nuestra sociedad.
En los metros finales se pone algo más seria y moralista, criticando de paso las miserias de una sociedad en la que siguen existiendo los prejuicios hacia el extranjero, el racismo, la inmigración, las raíces, la familia, las personas que son diferentes caso de los homosexuales, las que de forma ilegal se introducen en el país sin papeles, el cumplimiento con la religión, la falta de trabajo, etc. En cambio a veces nos dejamos guiar por las falsas apariencias, por la buena imagen, sin saber lo que hay detrás, y el posible engaño que nos puede perjudicar. Un buen trabajo de Kad Merad.