Título: | ALEJANDRA MON AMOUR | |
Tit. Orig.: |
ALEJANDRA MON AMOUR | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, ARGENTINA, 1979 | |
Dirección: | JULIO SARACENI | |
Guión: |
TULIO DEMICHELI, SALVADOR VALVERDE |
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Fotografía: |
ALFREDO FRAILE |
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Música |
GREGORIO GARCÍA SEGURA |
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Interpretes: |
MANOLO ESCOBAR, MARÍA DE LOS ÁNGELES MEDRANO, JOSÉ SAZATORNIL "SAZA", CHELO RODRÍGUEZ, ADOLFO GARCÍA GRAU, DON PELELE, GILA |
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Censura: | AUTORIZADA PARA MAYORES DE 14 AÑOS | |
Duración: | 90 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
En el triste panorama de la producción cinematográfica española últimamente Manolo Escobar continúa invariablemente con su inevitable película anual.
Tal vez por aquello de asegurarse la bolsa o por ganar mercados extranjeros, en los últimos tiempos sus films los hace en coproducción, lo cual creemos que no le beneficia para nada en absoluto.
Porque si ya de por sí sus cintas se hacían de forma artesanal, ya que a su público lo único que le interesa es oír a su ídolo cantar y que de paso se encuentre en algunas situaciones más o menos cómicas y divertidas, con el endeble nivel de las cinematografías con las que se alía, se pierde hasta el oficio.
El museo Oro del Perú cuenta con una pieza de un gran valor, la esmeralda Alejandra.
Su belleza atrae no sólo a los curiosos, sino también a importantes ladrones internacionales que pretende hacerse con ella.
Éstos ponen en marcha un plan para apoderarse de la joya.
Ante el acoso policial deciden esconderla en el tarro de crema de Manolo Sandoval, un famoso cantante que está en plena gira por tierras sudamericanas.
En esta ocasión el cantante se le complica en el robo de esa gran esmeralda, conocida como Alejandra, lo que pone tras de sí a dos bandas rivales y a un aficionado a detective.
El endeblísimo guion complica demasiado las cosas a base de situaciones de lo más tópicas y poco clarificadoras que no conducen a nada, ya que los chistes son sosos, las situaciones no son divertidas y los pésimos actores no ayudan para nada.
Hasta incluso contagian a un José Sazatornil al que después de haberle visto últimamente en papeles muy dignos, da auténtica pena verle aquí en este memo detective aficionado.
Miguel Gila, a pesar de su teléfono, no tiene tampoco la gracia habitual de sus monólogos.
Julio Saraceni no hace nada por enmendar el entuerto en que se ha visto metido.
El consabido ramillete de canciones de Manolo Escobar que no pueden faltar completan el panorama de esta película.