Título: | EL LLANERO SOLITARIO | |
Tit. Orig.: |
THE LONE RANGER | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2013 | |
Dirección: | GORE VERBINSKY | |
Guión: |
JUSTIN HAYTE, TERRY ROSSIO, TED ELLIOTT |
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Fotografía: |
BOJAN BAZELLI |
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Música |
HANS ZIMMER |
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Interpretes: |
JOHNNY DEPP, ARMIE HAMMER, WILLIAM FICHTNER, TOM WILKINSON, HELENA BONHAM CARTER, BARRY PEPPER, JAMES BADGE DALE, JOAQUÍN COSÍO |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 150 MINUTOS |
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Por JOSÉ MONTESINOS
Muchas veces los ejecutivos de los grandes estudios se rasgan las vestiduras cuando han desembolsado una gran suma de dinero para llevar a cabo una superproducción encontrándose después con el fracaso más estrepitoso.
Esto ha ocurrido en muchas ocasiones en el pasado y en el presente. Una de esas costosas películas fallidas de la que más se habló en su momento fue “La puerta del cielo” de Michael Cimino.
Pero en el presente las hay también y sin irnos más lejos, el pasado año los estudios Disney lo sufrieron con “John Carter” y un año después se enfrentan nuevamente a ese duro batacazo que ha supuesto el estreno norteamericano del que estaba llamado a ser el film del año, “El llanero solitario”.
La cinta que nos ocupa sufrió un parón en su producción porque los estudios decidieron que había que meterle la tijera al presupuesto quedando en la desorbitada cantidad de 250 millones de dólares; también tuvo varias reescrituras del guion además de numerosos inconvenientes que se fueron sorteando y que en sus dos primeras semanas de exhibición en Estados Unidos no llegó a alcanzar la cifra de 50 millones.
“El llanero solitario” ha cumplido ochenta años desde que apareciera por vez primera en una emisión de radio, allá por 1933 y surgió del interés del propietario de la emisora en ofrecer un western que atrajera al público infantil.
La serie radiofónica constituyó todo un éxito nacional con 2956 episodios radiados lo que dio origen a una serie de televisión que se emitió desde 1949 hasta 1957 y tres largometrajes para la pantalla grande, en 1956, 1958 y 1981 en los que se intentó, sin éxito, resucitar al mítico héroe.
Ahora el mismo equipo que diseñó “Piratas del Caribe”, Jerry Bruckheimer como productor, Gore Verbinsky como director, los hermanos Rossio, Ted y Elliot como guionistas y Johnny Depp como protagonista y productor, se embarcan en llevar nuevamente a la pantalla al famoso enmascarado.
La película está narrada desde la perspectiva de Toro el cual persigue desde hace años a un bandido que cuando era niño arrasó su poblado, jurando vengarse. Por el camino se encuentra con un joven fiscal al que las circunstancias de la vida lo ponen una y otra vez ante éste, para entre ambos intentar frenar una conspiración, al tiempo que el primero consuma la venganza que tanto ansía.
Está muy claro que lo que se nos ha querido mostrar aquí es un “Piratas del Caribe” a lomos de un caballo porque no se explican tantas similitudes entre la anteriormente citada y ésta.
Y decimos parecidos porque este nuevo largometraje lo sigue a pies juntillas, lo que ocurre es que los guionistas aquí no han estado tan afortunados, escribiendo un libreto que le da demasiadas vueltas a todo con tal de alargar innecesariamente la aventura, repitiéndose en determinados momentos y con una historia muy sencilla en la que el espectador adivina en todo momento lo que va a ocurrir.
Sin el elemento sorpresa la dirección de Verbinsky hace un film tedioso, alargándolo con secuencias interminables, metiendo la comicidad con calzador y resolviendo de forma funcional la representación.
Johnny Depp se disfraza de indio pero al que vemos es a Jack Sparrow, ya que sus mismos gestos y tics le delatan, no aportando nada nuevo a una interpretación pasada de rosca.
Le sigue Armie Hammer al que vimos en la cinta de Clint Eastwood “J. Edgar”, dando el tipo pero se ve eclipsado por Depp que acapara todo el protagonismo y tras ellos el malo de la función, William Fichtner, correcta su interpretación, secundados por el veterano Tom Wilkinson y la desaprovechada Helena Bonham Carter, con un personaje intrascendente que aparece en un par de ocasiones.
La fotografía de Bojan Bazelli saca partido de los paisajes reales donde se ha rodado, en la zona suroeste de Estados Unidos y México, muy cuidada de tonalidades y Hans Zimmer marca la pauta con una partitura musical correcta, sin estridencias, donde no podía faltar la típica fanfarria.
En definitiva un espectáculo del que se esperaba mucho más, con momentos entretenidos y otros tediosos, con una irregular dirección que marcha a trompicones en muchos momentos y pasado de metraje. Nos quedamos con esos ratos divertidos y las espectaculares secuencias de acción.