Título: | LA MÁSCARA | |
Tit. Orig.: |
THE MASK | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1994 | |
Dirección: |
CHARLES RUSSELL |
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Guión: |
MIKE WERB. Argumento: MICHAEL FALLON, MARK VERHEIDEN |
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Fotografía: |
JOHN R. LEONETTI |
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Música |
RANDY EDELMAN |
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Interpretes: |
JIM CARREY, CAMERON DIAZ, RICHARD JENI, PETER RIEGERT, PETER GREENE, AMY YASBECK, JIM DOUGHAN, DENIS FOREST |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: |
100 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras ser exhibida en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, donde consiguió el Premio a los mejores efectos especiales, nos llega 'La máscara' (1994), una muestra más de la moda de pasar los comics al cine.
Los creadores de los héroes de este tebeo fueron los dibujantes John Arcudi y Doug Mahnke, y el protagonista es Stanley Ipkiss, un tímido y desastrado empleado de banca que un día se encuentra flotando en el río una máscara de madera que representa a Loki, dios vikingo del mal, y al ponérsela cambia su carácter y se convierte en un hombre con poderes y todas sus inhibiciones desaparecen.
Pero la máscara es ambicionada por un gángster que con ella podría cometer todo tipo de delitos y crímenes.
Curiosamente esta máscara no oculta una personalidad, sino que desvela la que el protagonista lleva dentro.
Pero lejos de convertirse en el superhéroe que lucha en defensa de los débiles, utiliza sus poderes para vengarse y robar el banco donde trabaja, adelantándose así a los que iban a hacerlo o para conquistar a la despampanante chica que es la novia del gángster, el malo de la película.
A la hora de llevar este débil argumento al cine, ya que en sí la historia no pasa de ser una sucesión de tópicos previsibles con un final conocido con antelación, se dieron cuenta de la pobreza del personaje y su poca consistencia, por lo que decidieron utilizar la Industrial Light and Magic, de George Lucas, para potenciar algo que no tenía mucha substancia.
De esta manera los efectos especiales se convierten en principales protagonistas, tratando a La máscara, como si fuera un dibujo animado, poniendo así en práctica los últimos recursos del cine por ordenador, en el momento de conseguir cosas como que los ojos se salgan de las órbitas, la lengua se prolongue y arrastre metros, etc.
Buena parte de los veinte millones de dólares del presupuesto del film, seguramente se fueron en ellos.
Una buena inversión, pues lleva ya más de 100 millones de dólares sólo en la taquilla de los Estados Unidos.
El esquematismo dramático excesivamente simple y lineal es ocultado con efectos especiales, maquillaje, diseño de vestuario y rápido montaje.
Esto ayuda a conseguir un clima surrealista que hace reír al espectador y disimula la pobreza de su lenguaje cinematográfico. La cinta avanza a golpes de gags, ya que así está pensada, para impactar en la juventud que va al cine y se divierte con este tipo de producciones.
El canadiense Jim Carrey, es el encargado del desmadre, aunque aquí resulta menos patoso que en Ace Ventura, un detective diferente (1994), al estar oculto parte del tiempo tras la máscara. Y atención a la guapa y sensacional Cameron Díaz.
Nominada al Oscar a los mejores efectos visuales.