Título: |
CUIDADO CON LAS RUBIAS |
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Tit. Orig.:
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ODIO LE BIONDE |
Nacionalidad: |
ALEMANIA, FRANCIA, ITALIA, 1980
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Dirección: |
GIORGIO CAPITANI |
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Guión: |
LAURA TOSCANA, FRANCO MAROTTA
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Fotografía: |
ROBERTO IPPOLITI, SILVANO IPPOLITI |
Música |
PIERO UMILIANI |
Interpretes: |
ENRICO MONTESANO, JEAN ROCHEFORT, IVAN DESNY, CORINNE CLERY, PAOLA TEDESCO, GIGI BALLISTA, RENATO MORI, MARINA LANGNER |
Censura: |
AUTORIZADA PARA MAYORES DE 18 AÑOS. |
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Duración: |
89 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Con un guion algo más aceptable de lo que es habitual en las flojas comedias italianas que en tan gran número nos llegan, esta coproducción con Francia nos cuenta la historia de un joven escritor al servicio de un afamado fabricante de Best-Sellers, para quien trabaja de “negro”, y que especializado en novelas policiacas y de intriga termina por verse metido en un lío muy similar a los que él escribe.
Película entretenida, a la que sobran personajes, que cae sin embargo en los tópicos fáciles y en una estructura demasiado teatral en toda su parte final, ambientada en la lujosa villa del famoso escritor a lo largo de una accidentada fiesta.
Dirigida por un artesano como Giorgio Capitani, que no pone mucha inventiva para enriquecer el guion original, el film cuenta con un personaje central de joven despistado, inspirado a partes iguales en el actor y director americano Woody Allen y en el francés Darryl Cowl, de quien se copia directamente el gag de la máquina de escribir.
En los otros actores, además del protagonista Enrico Montesano, destaca la profesionalidad de Ivan Desny y de Jean Rochefort.
Descarga cartel Ficha
Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.