Título: | LA ISLA MÍNIMA | |
Tit. Orig.: |
LA ISLA MÍNIMA | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, 2014 | |
Dirección: | ALBERTO RODRÍGUEZ | |
Guión: |
RAFAEL COBOS, ALBERTO RODRÍGUEZ |
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Fotografía: |
ALEX CATALÁN |
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Música |
JULIO DE LA ROSA |
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Interpretes: |
RAÚL ARÉVALO, JAVIER GUTIÉRREZ, ANTONIO DE LA TORRE, NEREA BARROS, JESÚS CASTRO, MANOLO SOLO, JESÚS CARROZA |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: |
104 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
En los últimos tiempos el cine español ha producido algunos thrillers realmente notables como 'La caja 507' (2002), de Enrique Urbizu, 'La caja Kovak' (2006) de Daniel Monzón, 'Celda 211' (2009) de Daniel Monzón, 'Grupo 7' (2011), de Alberto Rodríguez, 'El niño' (2014) de Daniel Monzón y ahora se añade a la lista 'La isla mínima' (2014) de Alberto Rodríguez, realmente brillante, por citar algunos ejemplos.
Tras pasar por la sección oficial del Festival de cine de San Sebastián, este sexto largometraje del sevillano Alberto Rodríguez, a la crítica presente en el certamen le entusiasmó y lo ha considerado "el thriller del año", afirmación a la que nos unimos sin ningún género de duda.
Ambientada en el año 1980, en la España postfranquista, cuenta las pesquisas de dos policías de homicidios madrileños, Pedro y Juan, de ideas diferentes, que tras ser expedientados y castigados, son enviados para investigar sobre la desaparición y el asesinato de dos hermanas adolescentes, Carmen y Estrella, con ganas de pasarlo bien durante las fiestas y con el deseo de poder abandonar su pueblo, una pequeña y aislada localidad de las marismas del Guadalquivir, en busca de un futuro mejor.
Durante la investigación los dos agentes de la ley juntos deberán descubrir al cruel criminal que lleva años asesinando a jóvenes en esa localidad olvidada del progreso.
Su investigación en un ambiente de pobreza, huelgas y enfrentamientos sociales, se mueve en un terreno pantanoso, en la Andalucía profunda, a la que se le saca un gran partido.
Ambos tendrán que limar sus diferencia y lidiar con sus conflictos personales y sus respectivos pasados que iremos descubriendo durante la tarea policial.
Alberto Rodríguez y su coguionista habitual Rafael Cobos han construido un thriller de estructura clásica, con pulso, sin falsos moralismos, que hace reflexionar al tiempo que incluye el reflejo de la época en la que está ambientado, principios de los 80, con las dos españas, la de la dictadura franquista y la democrática que acababa de nacer, representadas en los dos policías, con diferente forma de pensar y actuar, enviados a las marismas para investigar los crímenes de las dos adolescentes.
La España de esos momentos está fragmentada entre los que preferían cambiar y los que hubieran deseado seguir como estaban y además planeaba una crisis económica, que se encuentra de fondo de la historia, que poco difiere de la actual.
Ello contribuye a mantener el suspense durante todo el argumento con una interesante puesta en escena de Alberto Rodríguez, que engancha al espectador con sus matices y buena ambientación, con un cine cercano a los personajes, con aplomo en el devenir de las imágenes, con situaciones creíbles en todo momento y unos protagonistas muy bien dibujados, por lo que nada hay que sobre ni falte.
El guion está muy bien configurado y perfectamente rodado, con una trama central a la que se unen otras del pasado que enriquecen el argumento, con unos diálogos naturales y expresados con el acento del sur, como pocas veces vemos en la pantalla.
Cine de género criminal que deambula por un terreno en el que abunda la corrupción, la explotación de las personas, tal como ocurre hoy, con las mismas miserias que en la época en que se desarrolla la acción.
Película con ambición artística pero también con el objetivo de que guste a todos los públicos, con actores muy bien encajados en sus respectivos papeles, como es el caso de los dos protagonistas, Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez, ambos más habituados a actuar en comedias, que sin embargo aquí cambian totalmente su registro en un tono dramático, serio, que están realmente formidables, representando cada uno el antes y el después de esa España, anterior y posterior al franquismo, el primero espejo del policía democrático, progresista y tolerante, mientras que el segundo sigue utilizando los métodos violentos del antiguo régimen a la hora de tomar declaración a los testigos cuando éstos se niegan a hablar.
No se quedan atrás las actuaciones de Antonio de la Torre y Nerea Barros en los papeles de Rodrigo y Rocío, los padres de las niñas o de Manolo Solo como el periodista igualmente espléndidos.
Alberto Rodríguez demuestra que también sabe manejar actores con esa gran cantidad de secundarios, algunos de ellos imaginamos no profesionales, que reflejan de forma extraordinaria, en la mayoría de los casos, a esos ciudadanos bien ambientados en la época y en sus respectivos cometidos.
Si 'Grupo 7' (2011) era su mejor film hasta ahora, a nuestro entender, éste no le va a la saga, incluso diríamos que lo mejora en otro estilo pero igualmente interesante.