Título: |
MIEDO Y ASCO EN LAS VEGAS |
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Tit. Orig.: |
FEAR AND LOATHING IN LAS VEGAS | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1998 | |
Dirección: | TERRY GILLIAM | |
Guión: |
TERRY GILLIAM, TONY GRISONI, TOD DAVIES, ALEX COX. Basados en la novela escrita por HUNTER S. THOMPSON |
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Fotografía: |
NICOLA PECORINI |
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Música |
RAY COOPER, MICHAEL KAMEN |
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Interpretes: |
JOHNNY DEPP, BENICIO DEL TORO, TOBEY MAGUIRE, MICHAEL LEE GOGIN, LARRY CEDAR, BRIAN LE BARON, KATHERINE HELMOND |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS | |
Duración: |
111 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El cine de Terry Gilliam, el único miembro americano del grupo británico Monty Python, nunca ha estado entre nuestros preferidos.
Con sus películas anteriores se había ganado fama de director controvertido, pero desde ahora también de repulsivo.
Siempre ha querido llevar la contraria, hacer de gamberro cinematográfico al que estuvieron a punto de pararle los pies a raíz de duplicar el presupuesto de 'Las aventuras del Barón Munchausen' (1992), lo que le costó estar algún tiempo sin poder rodar, sin hacer cine.
Ahora ha vuelto a embaucar a otra productora para, con un corto presupuesto, dos semanas para escribir el guion, dos meses de rodaje y apenas dos actores en cabecera, y algunos cameos de Ellen Barkin, Christina Ricci, Cameron Díaz, Gary Bussey y Harry Dean Stanton, entre otros, hacer este manifiesto de la contracultura de los años setenta que es el libro de Hunter S. Thompson, al que se ajusta mejor en la primera mitad que en la segunda.
Un periodista deportivo dice ir a cubrir un evento motociclista a Las Vegas en compañía de su abogado, simple excusa para hacer un viaje alucinante en el más estricto sentido de la palabra, ya que se pasan el tiempo tomando toda clase de drogas alucinógenas.
Si con eso lo que se quiere es hacer en un retrato de la Norteamérica de esa época, mal parada queda y pensamos que es inexacta su visión o muy desenfocado estaba el objetivo que así la ve.
Pocas veces hemos abominado más de un film como de éste, todo un cúmulo de imágenes epatantes que hace aborrecer el estar dos horas en el cine.
Entre otras cosas porque lo que nos narra no tiene el más mínimo interés de ninguna clase y además está muy mal contado, los actores están tremendamente pasados de vueltas y lo único que salvamos es la buena recopilación que hace la banda sonora de las canciones de los años en que se desarrolla la acción.