Título: |
ZOMBEAVERS (CASTORES ZOMBIES) |
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Tit. Orig.: |
ZOMBEAVERS | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2014 | |
Dirección: | JORDAN RUBIN | |
Guión: |
AL KAPLAN, JON KAPLAN. JORDAN RUBIN |
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Fotografía: |
JONATHAN HALL |
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Música |
AL KAPLAN |
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Interpretes: |
BRENT BRISCOE, BILL BURR, RACHEL MELVIN, CORTNEY PALM, LEXI ATKINS, HUTCH DANO, JAKE WEARY, REX LINN |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: |
85 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
La distribuidora A contracorriente, en colaboración con el Festival de cine de terror de Sitges, ha organizado un ciclo para dar a conocer cuatro de las películas proyectadas en el certamen. Una de las elegidas es ésta que comentamos.
Tras ser presentada en los festivales de Tribeca, Neuchâtel, Fright y Sitges llega a las pantallas comerciales españolas 'Castores zombies' (Zombeavers).
Un grupo de jóvenes universitarios, tres chicas, Mary, Zoe y Jenn y tres chicos, perro incluido, que se alojan en una cabaña junto al lago, donde pretenden pasar un fin de semana divertido a base de sexo y alcohol, sin embargo sus planes se vendrán a bajo al ser atacados por un grupo de castores zombies.
Lo que debía ser unos días de desmadre se convierten en una auténtica pesadilla mortal.
Los jóvenes luchan por sus vidas en un intento desesperado por defenderse de la horda de rabiosos roedores, que pretende acabar con ellos, para los que no es obstáculo una casa de madera.
En las producciones de terror de este tipo se suelen dar toda clase de tópicos, la falta de cobertura en los móviles para pedir socorro, los vecinos que no se enteran de nada, la huida frustrada para pedir auxilio que no se consuma y así podríamos seguir con todos los inconvenientes para que, poco a poco, vayan cayendo uno tras otro los componentes del grupo.
El motivo de que los castores se pongan rabiosos no es otro que un bidón de productos tóxico que cae al lago donde viven y resultan contagiados, algo que los guionista nos dejan caer al inicio de la proyección.
Lo mejor de este film es su corta duración ya que por ejemplo los efectos especiales que nos presentan a los animatronic de los asesinos castores no pueden ser más burdos y poco conseguidos, a los que no hay forma de matar por mucho que se empeñen en ello.
El guion, escrito por el director con los hermanos Jon y Al Kaplan, que también se encargan de la música, tiene poca consistencia, ya que esta situaciones o similares las hemos visto multitud de veces y apenas si se dan justificaciones para que así ocurran.
A las peligrosas situaciones que se producen ante tan feroz enemigo se añaden los problemas que se suscitan entre los componentes del grupo para acabar de complicar más las cosas.
Nada de lo que les ocurre se puede tomar muy en serio.
Desde luego el espectador que se meta a ver una cinta de este tipo, por poco que esté informado, sabe lo que va a ver y si lo hace con una pandilla de jóvenes como los protagonistas, se lo pasarán pipa, pero eso no quita que en lo que se refiere a la calidad fílmica deje mucho que desear, ya que desde el inicio se nota que la ambición es cero, que conoce perfectamente sus limitaciones y las abordan sin complejo, como queda claro que su director, el actor y escritor Jordan Rubin, no pretende ser muy original, ni renovar el género con esta su ópera prima.