Título: | IRRATIONAL MAN | |
Tit. Orig.: |
IRRATIONAL MAN | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2015 | |
Dirección: | WOODY ALLEN | |
Guión: |
WOODY ALLEN |
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Fotografía: |
DARIUSZ KHONDJI |
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Música | Varias canciones | |
Interpretes: |
JOAQUIN PHOENIX, EMMA STONE, PARKER POSEY, JOE STAPLETON, JAMIE BLACKLEY, GARY WILMES, BETSY AIDEM, ETHAN PHILLIPS, NANCY CARROLL |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: |
95 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Como cada año Woody Allen es fiel a la cita con su audiencia con historias universales con el tono propio de su singular personalidad y en este caso le ofrece una comedia negra, con su punto de interés, como es costumbre en su cine, aunque tenga algunas características algo diferentes, como es el hecho de no utilizar un reparto largo, cosa no habitual en él ya que en esta ocasión se apaña con pocos actores.
Otra de las diferencias en esta ocasión es la utilización de un tema de jazz como leit motiv que repite constantemente, cuando lo que suele hacer es elegir un buen puñado de canciones de su discoteca que pone de fondo, aunque no quiere decir que sea el único.
El tema de ésta su película número 45 gira en torno a Abe Lucas un profesor de Filosofía, desengañado y alcohólico, que suele estar amargado y siempre deprimido, estado de ánimo que no falta en sus películas, lo que le supone un atractivo de cara a las mujeres que tratan de consolarlo.
Jill Pollard, una de sus alumnas, joven, guapa e inteligente, está enamorada de Abe, a lo que éste se resiste, con la que guardará un secreto. Pero también lo está la solitaria profesora Rita Richards intentando escapar de su infeliz matrimonio, que bebe los vientos por el angustiado enseñante.
Igualmente sigue presente el humor, negro esta vez, del director neoyorquino, aunque en menor medida, que pone en todas sus comedias llenas de ironía y sarcasmo, al tiempo que expone un debate ético sobre la culpa y el azar.
Pero esta situación cambia cuando toma una decisión irracional, cometer un crimen perfecto, y con ella ve desaparecer todos sus males anímicos, y hace una reflexión existencial sobre el significado de la vida y de la muerte.
El film plantea la cuestión de hasta qué punto es lícito cometer un crimen asesinando a alguien que es pernicioso para la sociedad tomándose así la justicia por su mano.
Allen se llevó mucho tiempo empecinado en no salir de su querido Nueva York, pero en los últimos tiempos se ha convertido en un viajero impenitente rodando cada año en un lugar distinto del planeta, pero regresó con 'Blue Jasmine' (2013) y 'Magia a la luz de la luna' (2014) y en ésta, que nos cuenta el romance entre Abe y Jill.
Igualmente todos sus traumas personales tenían presencia en sus argumentos, la depresión, el judaísmo, la muerte, el sexo, la religión y algunos más, por no hacer la lista más larga.
Ahora parece que se ha olvidado de casi todos ellos, de sus imitaciones de Bergman y Fellini y emplea el hacer cine para alejar sus traumas como una terapia de choque.
La narración fluye con agilidad como es frecuente en sus cintas con buenos diálogos y con las interpretaciones adecuadas ya que el genio neoyorquino elige bien siempre a los actores para ello.
La película recuerda a 'Extraños en un tren' (1951), de Alfred Hitchcock y 'Delitos y faltas' (1989) del propio Allen, ya que aquí afloran la ambigüedad moral y las consecuencias de nuestros actos.
El guion aprovecha la profesión de catedrático de Filosofía para meter algunas parrafadas en su fascinación por esta doctrina de autores como Kant, Kierkegaard, Simone de Beauvoir, Heidegger e incluso Hannah Harendt, lo que resulta demasiado intelectual para el espectador medio no adicto a su cine.
Esta vez elige a un nuevo protagonista en Joaquin Phoenix y repite con Emma Stone, a la que ya tuvo en 'Magia a la luz de la luna' (2014), y a Parker Posey que configuran el estupendo trío.
Como director y guionista elige una manera inteligente de contar esta historia, bien imaginada y puesta en escena.