Título: | EL CORO | |
Tit. Orig.: |
BOYCHOIR | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2014 | |
Dirección: | FRANÇOIS GIRARD | |
Guión: |
BEN RIPLEY |
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Fotografía: |
DAVID FRANCO |
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Música | BRIAN BYRNE | |
Interpretes: |
DUSTIN HOFFMAN, GARRETT WAREING, KATHY BATES, DEBRA WINGER, JOSH LUCAS, EDDIE IZZARD, ERICA PICCININNI, KEVIN McHALE |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: |
103 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras ser presentada en el Festival de cine de Toronto, donde fue muy bien acogida por la crítica y pasar por el Festival de cine de Valladolid, llega a las pantallas españolas este emocionante largometraje.
Es un drama musical protagonizado por Stet, un joven rebelde, de doce años, con una madre alcohólica, que pasa apuros para llegar a fin de mes.
Cuando ésta muere en un accidente y queda huérfano su maestra consigue mediante una persona anónima que entre en una escuela de canto ya que posee una voz prodigiosa, pero con pocas expectativas de dedicarse a la música por su falta de disciplina.
Es enviado a un internado musical, la National Boychoir Academy, donde conoce a su director, el maestro Carvelle, que descubre en él a un extraordinario talento que lo conducirá a tener un profundo amor por este arte.
Nunca ha estudiado música y no sabe leer partituras, pero su afán de superación hará que ello no sea un obstáculo que pronto salvará para poder triunfar.
En ocasiones la música es fundamental en algunos largometrajes e incluso los hace más atractivos de cara al espectador, unas veces para apoyar los momentos más emotivos, las escenas amorosas, las biografías de músicos o de directores de orquestas como el exigente maestro de este caso.
François Girard ha tenido cierta relación con la música en sus películas anteriores y aquí se centra más de lleno en ello, demostrado su pasión por ella con la que comunica sus emociones, aunque tampoco olvida las importancia de los personajes en esta historia sobre la infancia personificada en un coro de niños preadolescentes cuyas voces doradas tienen fecha de caducidad.
El célebre y exigente director Carvelle, de uno de los mejores coros infantiles del mundo, descubre un extraordinario talento en el conflictivo en Stet, que ve en él un reflejo de su propia experiencia vital que también le hará reflexionar a él.
Sus estrictas pero inspiradoras lecciones despertarán en el joven el amor por el bello canto.
El realizador francocanadiense, que ha demostrado interés por la música en sus títulos 'Sinfonía en soledad' (1993) o 'El violín rojo' (1998), dirige este film con más oficio que inspiración, que es una especie de cruce entre 'Los chicos del coro' (2004), 'Whiplash' (2014) y 'Billy Elliot' (2000) aunque en estos dos últimos casos el protagonista, también un joven, en el primero estaba apasionado por la batería y en el segundo por el ballet clásico.
El drama para estos niños les vendrá cuando vayan creciendo y algún día les cambie la voz y entonces tendrán que decidir si siguen con la música o como les dice el director serán cualquier otra cosa en la vida. Sus voces tienen únicamente validez en esos años antes de la pubertad.
El guion, previsible y algo sentimental, del pianista Ben Ripley se entretiene, tal vez en exceso, en repetir situaciones y en cuanto a la elección de los temas musicales son de obras excelentes de partituras clásicas pero no muy conocidas por el gran público, salvo el Aleluya, de Händel, lo que hace que pueda distanciar al espectador en este sentido, aunque no dejan de ser maravillosas las interpretaciones para los buenos melómanos.
Estupenda la ambientación y el trabajo del debutante Garrett Wareing en el papel principal de Stet y muy bien Dustin Hoffman como Carvelle, dentro de un gran reparto de actores oscarizados.
Es una cinta hecha con oficio con buenos intérpretes y buena música que resulta entretenida.