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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las producciones de espada y brujería suponen casi un subgénero dentro de las denominadas de acción y en este caso se traslada esa historia a la actualidad en una ciudad moderna, en la que Kaulder, un guerrero inmortal que, siendo el último de una casta de cazadores de brujas, mantiene a raya a estos seres en la ciudad de Nueva York que pretenden sumergirla en la peste negra.
El guerrero que ha perdido a su familia y a sus amigos, tendrá que salvar a la raza humana de su aniquilación tras la resurrección de la principal hechicera, la Reina de las brujas, en esta cinta de acción y fantasía.
Condenado a la inmortalidad hace 800 años por la Reina Bruja, Kaulder mantiene en Nueva York el pacto de no agresión entre brujas y humanos y aniquila sin piedad a quienes no cumplan las reglas como el último protector de la Humanidad.
Cuando la Reina Bruja resucita y trata de volver a propagar la peste negra por el mundo, le ayudarán a combatirla Chloe, una bruja buena que regenta un bar de recuerdos, y dos sacerdotes uno ya anciano que, tras jubilarse, es sustituido por otro más joven que pertenecen a una hermandad secreta llamada La Orden del Hacha y la Cruz.
En la Edad Media las brujas cargaban con las culpas de las herejías cuando los hechos se salían de los cauces de la religión y había que combatirlas como supuestas culpables de haberlos provocados.
La aparición de Belial, un brujo que se ha pasado al lado oscuro mandado por la Reina Bruja, hará que Kaulder tenga que enfrentarse contra este nuevo enemigo de las fuerzas del mal para mantener la supervivencia de la raza humana.
Se trata del cuarto título del director californiano Breck Eisner que es de un caótico que asusta, a pesar de la imaginación de los guionistas para inventarse cada vez nuevas ideas, que no se atienen a ninguna regla, ni lógica, de cara al espectador lo que hace que éste se pierda en todo momento en las abundantes escenas de acción y en los constantes giros que dan los distintos personajes, unas veces a un lado o al otro en defensa del bien o del mal, por lo que no hay forma de aclararse.
Todo comienza con un prólogo de diez minutos que se desarrolla en un mundo mitológico lleno de una violencia extrema en el que se mata a la Reina Bruja, pero antes le echará una maldición al autor de su muerte, Kaulder, a vagar en vida eternamente.
Destacan los atractivos efectos especiales pero debido a un excesivo ritmo de montaje demasiado acelerado apenas deja ver con claridad la acción, mal puesta en escena por otra parte.
El guion de esta historia es bastante farragoso, sin progresión argumental, sin orden, ridículo en ocasiones en sus diálogos que a veces hacen sonreír, en un indigesto cóctel de acción que no hay quien se lo trague.
Es una pena que se haya gastado un tan abultado presupuesto de noventa millones de dólares en esta birria de film de serie B, pero mientras haya aficionados a este género, desgraciadamente se seguirán haciendo, así es el negocio.
No se explica la presencia en el reparto de actores de la categoría del oscarizado Michael Caine, mientras está explicada en este caso la de Vin Diesel, ya que es también productor, en un papel a veces ridículo en el que ni él mismo parece saber con quien está luchando. Y el de Elijah Wood es un engaño el cambio de su personaje.
Empieza como 'Los inmortales' (1986), de Russell Mulcahy, en versión brujería con una batida de éstas en un oscuro bosque para continuar la actualidad.
Para los amantes del fantástico. Para los demás ¡qué rollo!..
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