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CRITICA
Por: PACO CASADO
'El cuento de los cuentos', que ha llevado a cabo el director italiano Matteo Garrone, que se dio a conocer internacionalmente con su famosa 'Gomorra' (2008) en la que tocaba el tema de la mafia y 'Reality' (2012) en la que criticaba la basura televisiva, cambia totalmente el rumbo.
A pesar del título no se trata de una película ciertamente infantil, sino para adultos, cuyo guion está basado en el libro de relatos cortos publicado en 1634 'Lo cunto de li cunti overo lo trattemiento de peccerille', del autor napolitano Giambattista Basile, escritor del siglo XVII, en el que se inspiraron otros cuentistas tan conocidos como Hans Christian Andersen, Charles Perrault o los Hermanos Grimm, del que se extrae un film fantástico en el que se mezcla lo grotesco con lo fabuloso cuyos relatos están teñidos de tintes góticos en los que se da lo ordinario y lo extraordinario, los cotidiano y lo mágico.
La cinta abarca tres historias que se van mezclando en la narración alternando cada una: La reina, cuenta que la reina de Longtrellis renuncia a la vida de su marido por quedarse embarazada para tener un hijo y un brujo le otorga ese deseo pero al mismo tiempo le da otro a una doncella virgen y ambos son gemelos y albinos; en La pulga el rey Highhills amaestra a una pulga que va creciendo enormemente mientras que su hija le pide que le busque un hombre que sea guapo y rico para casarse y en Las dos ancianas, el libertino rey Strongcliff desea a una mujer por su voz, a la que no conoce, que resulta ser una de las dos hermanas brujas y ancianas.
Los cuentos apenas tienen nada que ver uno con otro salvo en el final en que se reúnen todos los personajes y con actores diferentes en cada uno de ellos, en una especie de sueño indescifrable de un mundo lleno de dragones marinos, pulgas gigantes, monstruos humanos, madres terribles, reyes increíbles y artistas funambulistas en un mundo de hambre y miseria.
Pero en esta ocasión estos cuentos no llevan consigo aparejada la consabida moraleja sino que se debaten en una irrealidad espesa de auténtica pesadilla.
En estos cuentos morales, algo macabros, se dan cita las obsesiones humanas, la juventud, el amor, el sexo, la belleza, la maternidad, la soledad, el poder, etc.
Garrone da un giro total a su filmografía dejando atrás el realismo de sus anteriores obras para pasar a la fantasía de ésta, una producción internacional con un reparto de campanillas, en la que no se priva de una poética cruel y sangrante en unas historias que se cruzan con facilidad, fábulas sobre las consecuencias de los abusos de poder, en las que también se tocan temas como la soledad, la pasión, los celos, el miedo, la maternidad, la sexualidad.
Una fábula visual y perversa, realmente espectacular, técnicamente lograda en ambientación, fotografía y vestuario, todo ello envuelto en la adecuada música de Alexander Desplat.
La tramas seducen al espectador con estos macabros cuentos de hadas, brujas y ogros, a los que no obstante les sobra un poco de metraje.
Ganó tres Nastro d'argento: producción, vestuario y sonido.
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