Se trata de la tercera película que realiza como director el corrosivo Neil LaBute y primera que lleva a cabo sobre guion de otros y no con uno propio, con la que se pasa a la comedia para criticar, con bastante acierto, la afición a las series de televisión de una camarera de pueblo de Kansas que, tras ocurrir la muerte de su marido, se va en busca del médico que es protagonista de su serie preferida de la pequeña pantalla.
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