Es admirable la perfección con que narra la historia. La sutil línea de las actuaciones se desenvuelve como un tejido en el cual se va tirando de un cabo y va saltando de un lado a otro siguiento la trayectoria quebrada que corre de la salvación a la perdición. El problema de este film es que debajo del vestino no hay un cuerpo humano, no hay alguna materia con consistencia.
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