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SINOPSIS
Paddington se encuentra feliz junto a los Brown. En el cumpleaños número cien de su tía Lucy descubre un libro que intenta comprar, pero dicho libro es robado así que Paddington en compañía de los Brown se disponen a encontrar al ladrón....
INTÉRPRETES
HUGH GRANT, BEN WHISHAW, BRENDAN GLEESON, JIM BROADBENT, PETER CAPALDI, JULIE WALTERS, IMELDA STAUNTON, SALLY HAWKINS, HUGH BONNEVILLE, DANIEL STISEN, BEN MILLER, MADELEINE HARRIS, SANJEEV BHASKAR
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PREMIERE
Paddington (2014)
Paddington en Perú (2024)
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EL REGRESO DE UN OSO LLAMADO PADDINGTON...
Paddington se presentó a los niños por primera vez en el libro de Michael Bond de 1958 Un oso llamado Paddington. Paddington’s Finest Hour, el último título del autor, fallecido en junio de este año a los 91 años de edad, se puso a la venta en enero de 2017. Entre ambas fechas, Bond escribió más de veinte libros de este oso del impermeable y aficionado a los sándwiches de mermelada de los que se han vendido más de 35 millones de ejemplares en todo el mundo traducidos a 40 idiomas. Las locuras del osito procedente del más oscuro Perú cuyos perfectos modales y buenas ideas suelen tener un desenlace cómico y generar un cierto caos se han ganado el corazón de todos, y sus historias se consideran en nuestros días clásicos infantiles internacionales.
Lo mismo puede decirse del debut cinematográfico del personaje. Paddington tardó un tiempo en dar el salto a la gran pantalla, tras varias incursiones en televisión, incluida la exitosa y popular serie británica de 56 episodios que comenzó a emitirse en 1975, diseñada y dirigida por Ivor Wood para FilmFair con un impagable Michael Hordern como narrador. Pero, cuando lo hizo, el resultado no pudo ser mejor. PADDINGTON se estrenó en 2014 y ya se ha convertido en un clásico infantil gracias a su maravillosa combinación de calidez, magia e ingenio que ha encandilado a los espectadores de todas las edades. Fue nominada a varios BAFTA®, recibió el premio a la mejor comedia en la edición de 2015 de los premios Empire y recaudó más de 250 millones de dólares en todo el mundo. Este éxito sorprendió incluso a quienes trabajaron en la primera película al ser el título familiar más rentable de un estudio no estadounidense de todos los tiempos.
“El guion de la primera película era estupendo y fue increíble trabajar en ella”, recuerda Hugh Bonneville. “Pero era perfectamente consciente de todos los temores y nervios que rodeaban al salto a las pantallas de cine de este oso al que todos quieren. ¿Lograríamos el tono adecuado? Me quedé impresionado cuando vi la película. Llegué a olvidarme de que el oso no era de verdad, ¡y eso que había trabajado en ella! Estoy muy orgulloso de haber participado en la primera entrega”.
Paul King imaginó una película que resultaba tan divertida como encantadora, con frecuentes momentos de realismo mágico que servían para hacer que la presencia de un oso en Londres resultara lo más natural del mundo.
Cuando se confirmó el rodaje de PADDINGTON 2, tras el éxito de la primera cinta, Heyman sabía que solo quería a una persona para que fuera su director. “Paul es tan amable y generoso como divertido y falto de cinismo”, señala David Heyman”. Y todo eso fluye en la primera entrega y en esta también. Tiene una voz realmente única, un talento extraordinario y excepcional, así que era natural que quisiéramos que repitiera”. Y puesto que King se mostró encantado de volver a contar las aventuras de Paddington, lo único que faltaba ahora era la historia.
UNA SECUELA LLAMADA PADDINGTON...
Al final de PADDINGTON, el oso del mismo nombre parece bastante satisfecho con su vida, cómodamente instalado en el desván de la casa de los Brown y disfrutando de una guerra de bolas de nieve con su nueva familia en Windsor Gardens. Era un lugar estupendo en el que terminar. Pero no era quizás el mejor punto de partida, como descubrió el propio King. “Sin darnos cuenta, escribimos un final en lugar de decir ‘¡nos vemos en la segunda parte!’”, confiesa divertido.
Sin embargo, tampoco tenían que empezar de cero. “Teníamos muchas ideas que no llegaron a incluirse en la primera película porque siempre tuvimos la sensación de que encajarían mejor en una secuela que en la historia original. Siempre pensé que sería divertido ver a Paddington trabajando”, afirma King, “y es un personaje tan decente que nos pareció que sería emocionalmente interesante verle como presa de una injusticia”. “La gran inspiración de esta película procede de CABALLERO SIN ESPADA”, comenta David Heyman, a propósito de la gran película de Frank Capra y James Stewart acerca de un hombre idealista en Washington. King también bebió de las fuentes de Pixar, en particular de TOY STORY 2, para analizar cómo el gigante estadounidense de la animación se había planteado esa secuela. Lo que King no quería era repetir los problemas y obstáculos a los que se había enfrentado Paddington en la primera película. “Pixar hizo un gran trabajo conservando la sinceridad de la primera entrega. Encontraron una situación creíble para Woody y la usaron como punto inicial”.
Para ayudarle a encontrar esa credibilidad y la historia para PADDINGTON 2, King recurrió a un antiguo amigo y colaborador. Simon Farnaby ya había trabajado con él durante más de una década en lo que Farnaby denomina “espectáculos en solitario del Battersea Arts Centre” además de en BUNNY AND THE BULL, protagonizada por el propio Farnaby. Como guionista profesional, entre otras cosas, Farnaby también había ayudado con el guion de PADDINGTON y tiene un cameo memorable como Barry, un desastrado guarda de seguridad que se enamora inexplicablemente del señor Brown… cuando este aparece disfrazado de señora de la limpieza escocesa. Por eso contar con Farnaby para todo fue una progresión natural para King. “Recibí una gran ayuda de muchas personas brillantes en diferentes momentos mientras estaba escribiendo el primer guion, y pensé que sería bueno tener a alguien a mi lado desde el principio esta vez”, explica. “Simon y yo podemos presumir de un historial memorable de desastres comerciales y esperaba que fuéramos capaces de aplicar todos esos conocimientos en PADDINGTON 2”.
La colaboración fue un éxito inmediato. “Muy pronto ya teníamos un montón de cosas”, admite King. De hecho, al final de la primera semana, ya contaban con la base de la historia. En PADDINGTON 2 se vería al entusiasta joven oso esforzarse en cuerpo y alma para comprar un regalo para el 100 cumpleaños de su tía Lucy y, debido al caos que se desencadena, iría a la cárcel acusado de un delito que no ha cometido. Sí, en PADDINGTON 2 el encantador osito termina a la sombra. Pero, como en toda la evolución de la trama en ambas cintas, para King era importante que todo emergiera orgánicamente de los personajes y de los temas que quería explorar.
La primera película hablaba de la importancia de la tolerancia y la aceptación cuando el joven oso inmigrante llega a Londres y descubre que, a pesar de sus evidentes diferencias, puede integrarse en una sociedad que le acepta como es. Aunque esos temas también están presentes en PADDINGTON 2, King quería explorar además nuevas facetas del personaje. “Se trata de reconocer el valor de la amabilidad y la compasión”, explica. “Paddington pasa de pensar que no es más que un pequeño oso en un mundo muy grande a darse cuenta de que sus innumerables actos de bondad tienen un gran valor para la comunidad”.
Esa idea llevó a King y a Farnaby a enfrentar a Paddington, y al público, a una serie de nuevos personajes en la comunidad más amplia de Windsor Gardens. “Se trata de ver a los buenos en lugares insospechados”, comenta David Heyman. “Y, a veces, como en el caso de la señora Bird y la señora Brown, ver el mal donde otros no son capaces de apreciarlo. Es un buen mensaje para un mundo en el que todos tendemos a juzgar por las apariencias”.
En última instancia, la historia nos lleva junto con Paddington a la cárcel, donde en un primer momento tiene un enfrentamiento con su imponente cocinero, “Nudillos” McGinty, para terminar ganándoselo en un ejemplo típico de generosidad paddingtoniana. “Lo que he hecho en ambas ocasiones es ver todas las películas de Chaplin”, explica el siempre meticuloso King. “Es un placer ver a un payaso en una situación que la mayoría consideraría terrible. Y la cárcel me pareció una buena manera de enfrentar a Paddington al desafío de regresar a Windsor Gardens, conociendo a otros personajes y transformándolos por el camino”. Aunque el siempre duro “Nudillos” McGinty termina sucumbiendo a los encantos almibarados de Paddington, en el film hay un personaje que parece inmune al osito. Y ese es el malvado Phoenix Buchanan.
PADDINGTON A BORDO DE UN TREN...
La mayoría de las secuelas siguen un formato predeterminado: son más grandes que sus predecesoras en casi todos los aspectos de la producción. En cierta medida, es el caso de PADDINGTON 2, pero David Heyman insiste en que no era el objetivo final. “Creo que es ligeramente mayor”, afirma. “Pero no se trataba de tener más acción, sino de capturar el espíritu de Paddington: su generosidad, su amabilidad, su optimismo y su decencia. Eso era lo que nos importaba”.
King, como estudioso de las secuelas, conocía a la perfección los riesgos y peligros que le esperaban cuando preparaba esta nueva entrega. “Algunas funcionan a la perfección pero, en otras, ves esa escalada que puede dar al traste con todo lo que tenían de especial”. Más gran no es sinónimo de mejor. Pero, si se hace bien, puede ocurrir. Por eso, animado por el éxito de la primera cinta y con presupuesto ligeramente superior, King quería ampliar el alcance de PADDINGTON 2. No era cuestión de que el osito tuviera que ir sorteando explosiones o de que, de pronto, le prestara su voz La Roca (“Eso lo dejamos para Paddington 7, probablemente”, apunta entre risas). Pero la mayor confianza de King puede apreciarse en diferentes momentos clave del film, desde las secuencias en la cárcel hasta las dimensiones del decorado de la feria que se construyó en los exteriores de Knebworth House. Y luego está la escena de la persecución del tren. Sí, la persecución del tren.
Sin entrar en demasiados detalles, el desenlace de PADDINGTON 2 incluye a un Phoenix Buchanan en una fuga desesperada, un oso decidido, un resuelto matrimonio Brown, a la señora Bird, y no uno, sino dos trenes de vapor en una espectacular persecución. Y gran parte de esas escenas se rodaron de verdad, con el equipo de producción liderado por el diseñador de producción Gary Williamson, que construyó unas vías de tren en los estudios Leavesden para poder mover las máquinas de verdad por ellas. “Paul quería esta espectacular secuencia de la persecución”, comenta Williamson. “Y tuvimos que ingeniárnosla para rodarla. Fue muy divertido. Mi trabajo con Paul me fuerza a tener que hacer las cosas mejor de que él mismo se imagina”.
Orson Welles es famoso por haber descrito un set de rodaje como “el mejor tren de juguete para cualquier niño”. Y, en el caso de King, ha sido de verdad. “Teníamos un tren de tamaño real en el rodaje todos los días. Instalaron las vías y trajeron el Belmond British Pullman en un camión. Se movía con un mando a distancia, y era extraordinario”. Y todo en una jornada de trabajo para el productor de la película, David Heyman. “En el universo de David, somos como una mota de polvo”, sonríe King. “A menudo se te olvida y le dices, mira ese decorado, ¡es increíble! Pero luego te das cuenta de que tiene el tamaño del cuarto de baño de Harry Potter”.
Hay otra secuencia clave que King estaba decidido a rodar y que ya se había quedado fuera de la primera película por motivos de presupuesto y agenda. En ella, Paddington imagina que abre un libro desplegable y se ve a sí mismo dentro de sus páginas tridimensionales, llevando a la tía Lucy de visita por las principales atracciones turísticas de Londres. En un primer momento, iba a ser la escena inicial de la primera entrega. “Resultaba muy cara y complicada de rodar”, admite King. “Y terminó fuera. Pero, esta vez, me he asegurado de que la secuencia del libro desplegable esté tan profundamente entrelazada con la trama que no pudiera volver a pasarme.” Y en gran medida eso ha sido genial para Gary Williamson. “El libro desplegable es increíble. Tuvimos que trabajar en él desde el primer momento ya que es esencial dentro de la historia, y Framestore tenía que saber cómo sería y qué lugares de Londres visita Paddington”, explica. “Tuvimos que encontrar a alguien que fabricara un libro desplegable de verdad en el que los personajes de la película tuvieran el aspecto de haber sido creados en Rusia en los años 30. Pero lo logramos. Si la película se destruyera mañana y solo me quedara el libro desplegable, sería feliz”.
La visita del libro desplegable supuso para Framestore, que ya habían creado a Paddington, uno de sus mayores desafíos. “Trabajando con Paul, me dijo, ‘esta es la idea, ¿cómo lo hacemos?’”, recuerda Glen Pratt, supervisor de efectos visuales del film. “Me gusta eso. En parte por eso me dedico a este trabajo”.
Pratt colaboró estrechamente con Dale Newton, supervisor de animación de Framestore (a cargo de controlar la creación del libro desplegable digital), Gary Williamson y el director de fotografía de la primera entrega, Erik Wilson (REDENCIÓN, SUBMARINE), para enfrentarse a la animación del libro desplegable preservando la integridad del diseño original. “Era algo artesanal”, explica Pratt. “Está el carácter pictórico de las ilustraciones, al que se añade una dimensión plana a la par que escultural a medida que avanzamos en la narración. Es verdaderamente único. Utilizar los efectos visuales de forma tan inteligente es todo un arte”.
El libro desplegable también es una forma muy inteligente de reintroducir a un personaje destacado dentro del mundo de Paddington: Londres. La capital inglesa tenía un papel crucial en la primera película, con localizaciones que iban desde Portobello Road hasta el Museo de Historia Natural, y la versión de D’Lime del clásico ‘London Is The Place For Me’ (Londres es mi lugar) aportaba al film verdadera personalidad y sabor. Para el equipo, Londres también es su lugar en PADDINGTON 2. “Sigue siendo una carta de amor a Londres en muchos sentidos”, confirma Hugh Bonneville. “Y de forma aún más explícita, porque el guion nos acerca a muchos de sus grandes iconos”. De hecho, mientras Phoenix Buchanan va siguiendo las claves del libro desplegable que le llevarán finalmente al tesoro de Madame Kozlova, nos embarcamos en un tour alocado por la ciudad, con secuencias en Tower Bridge, la catedral de San Pablo y el lago Serpentine de Hyde Park. Al mismo tiempo, algunas localizaciones que vuelven a estar presentes en el film son Chalcot Crescent, que hace las veces de Windsor Gardens, y Portobello Road, donde se encuentra la tienda de antigüedades del señor Gruber. Y no se puede concebir una película del oso Paddington sin la estación homónima. “Podríamos haber elegido otra”, comenta un divertido Gary Williamson acerca de la breve aparición de Paddington Station. “Pero no habría funcionado”.
Como ilustra el propio libro desplegable, el tamaño no lo es todo. En parte, lo grande que tiene Paddington es que lo más pequeño y cotidiano termina convirtiéndose en una espiral descontrolada. Pensemos, por ejemplo, en la escena del cuarto de baño de la primera película, en la que los sinceros intentos de Paddington de cepillarse los dientes terminan con el oso cayendo por las escaleras de la casa de los Brown a bordo de una bañera. PADDINGTON 2 incluye varias escenas similares, pero no siempre son fáciles de lograr. “Todo tiene que ser orgánico”, comenta Farnaby. “Son siempre lo más difícil. Parecen sencillas, pero todo ocurre por algún motivo”. En dos de ellas, vemos al oso enfrentándose a problemas con una escalera mientras trata de limpiar unas ventanas para conseguir dinero, y luego le hace un corte de pelo horrible a una persona cuando lo toman por un barbero. Para rodar esas secuencias, King las divide en varias fases y cuenta con los servicios de Javier Marzan, un ejecutante físico que entra en acción para interpretar algunos de los movimientos. Eso también ayuda a Framestore cuando tienen que animar a Paddington más adelante. “Nos divertimos mucho preparando esas secuencias”, recuerda Farnaby. “La de la barbería fue una de las más complicadas”.
EL OSO COBRA VIDA...
Y luego, durante muchos meses una vez terminado el rodaje físico, el director de animación Pablo Grillo y su equipo de animadores en Framestore tuvieron que esforzarse para dotar de vida al oso.
La creación del protagonista de la película evolucionó a lo largo de muchas fases en las que Ben Whishaw grabó la voz del oso y Grillo y su equipo trabajaron con King para revisar al minuto los calibrados de cada expresión y cada gesto. “En lo que respecta a la animación facial de Paddington, hemos tomado mucho del propio Ben Whishaw. Se puede transmitir mucho con el rostro, una pequeña modificación de una expresión o delineación puede transformar al personaje”, confirma Liam Russell, responsable de animación de la película y miembro del equipo de expertos de Grillo en Framestore. “Usamos mucho a Ben como referente para eso. Para animar un diálogo, no basta con la voz, y poder incluir las expresiones concretas de Ben en nuestro trabajo nos ayudó mucho a dotar de vida a Paddington”.
Con la primera entrega como material de partida, Grillo y su equipo, por supuesto, contaban con una base sólida a la hora de animar a Paddington y trasladar su personalidad a la pantalla. “Fue genial tener la primera película como referencia, porque ya sabíamos hacia dónde teníamos que ir, y hemos podido aprender y mejorar nuestro trabajo anterior”, explica Russell.
Sin embargo, dada la ambición de ampliar la escala e incorporar nuevas aventuras en esta secuela, el equipo se enfrentaba también a nuevos desafíos, sobre todo debido a la inclusión de secuencias más exigentes en términos físicos. Buen ejemplo de ello es la última escena del film, plagada de acción, y que supuso todo un reto para el equipo. “Nos planteó muchos problemas desde el punto de vista de la animación”, confiesa Russell, “porque teníamos que preservar el carácter de Paddington mientras el personaje interactuaba con un tren en movimiento y toda la física que eso implica”.
Los movimientos físicos de Paddington y su interactuación con objetos reales fueron algunos de los mayores obstáculos que tuvieron que superar al animar al oso. “Tanto si estaba caminando entre las mesas como escurriéndose por debajo de una barandilla, tenía que resultar realista y acorde al mundo real, y preservar al mismo tiempo sus maneras y resultar atractivo en pantalla”, comenta Russell. “Algunas de las escenas más divertidas suelen tener ser aquellas en las que sencillamente tiene que hacer algo de humanos. Me acuerdo, por ejemplo, de la secuencia de las ventanas, en la que fuimos capaces de explorar una manera divertida en que Paddington pudiera acometer esa tarea. Nos dio la oportunidad no solo de crear algo original, sino también de pasárnoslo bien mientras lo hacíamos”.
Grillo y su equipo en Framestore han puesto mucho de ellos en cada una de las escenas del film, y es que gran parte de la ejecución física procede de los propios animadores. “Muchos miembros del equipo rodaron escenas de referencia para poder comprender la ejecución o las acciones concretas que eran necesarias”, señala Russell. “El hecho de que Paddington sea mucho más pequeño que una persona hizo que tuviéramos que tener en cuenta su forma de ver el mundo y a las personas que lo rodean desde una perspectiva diferente a la nuestra”.
“Pablo es un genio, y a él le debemos en gran medida que Paddington haya cobrado vida”, concluye Paul King acerca del director de animación y uno de sus colaboradores clave en la película. “El oso es una recreación tan fantástica que resulta fácil olvidarse de que cada huella, cada surco de su entrecejo, incluso su propia forma de respirar, ha sido diseñado por Pablo y su maravilloso equipo de animadores. Se trata de un proceso increíblemente pormenorizado y complejo, una cuestión de amor. Gran parte del alma de Paddington es la de Pablo y, en cierta medida, eso se aprecia en cada fotograma”.
APARECE PHOENIX...
En la primera película, Nicole Kidman bordaba el papel de la fría y calculadora Millicent Clyde, que quería atrapar a Paddington, matarlo, disecarlo y convertirlo en una pieza permanente del Museo de Historia Natural de Londres. “Nicole resultaba tan divertida y amenazadora que una de las cosas que más me frustró en su día fue que su historia discurría en paralelo a la de Paddington durante toda la primera hora, por lo que solo compartía plano con él al final del film. Esta vez decidí que sería divertido rodar con un infiltrado, un miembro de la comunidad al que Paddington conoce pronto y que le irrita enormemente”.
King y Farnaby estudiaron diferentes posibilidades sobre quién podría ser ese personaje malvado antes de terminar con una idea que King ya había atisbado durante un breve espacio de tiempo para la primera entrega: un actor. “Los actores, como todo el mundo sabe, son lo peor del mundo”, afirma King, citando con sarcasmo una de las intervenciones de la señora Bird en la película. “Pensamos que podríamos hacer algo divertido con alguien que estuviera muy pagado de sí mismo y que fuera bueno proyectado esa imagen de tipo bueno, aunque solo él sepa cómo es en realidad”.
Y ahí es donde entra en escena Phoenix Buchanan, una antigua estrella del West End que se dedica ahora a inaugurar ferias locales y protagonizar anuncios de comida para perros. Su nombre, Phoenix (“fénix” en español), por el pájaro mitológico que renace de sus cenizas, resume de manera certera la situación profesional de Buchanan cuando entra en escena en PADDINGTON 2. Lo de Buchanan tiene que ver con la idea de que “afirma ser escocés”, añade Farnaby. “En la película se le ve de pie en una cañada, con un pie sobre una roca y vistiendo un kilt”.
Aunque no siempre se ha llamado Phoenix Buchanan. En un momento dado fue Phoenix Barr, y recibía su nombre del famoso local entre los actores londinenses en el que Farnaby conoció a su esposa. Antes, también tuvo un nombre bastante curioso que terminó siendo el de un actor de verdad. Y aún antes, era simplemente Hugh. Porque King sabía sin dudar con quién quería contar para encarnar al nuevo enemigo de Paddington. “Le escribí una carta a Hugh en la que le decía: ‘he escrito este papel de un viejo actor vanidoso venido a menos pensando en ti’ y creo que se lo tomó con mucho humor”, recuerda King. “Es un gran actor cómico, con una espléndida visión de lo absurdo de esta profesión, y es genial verle construir este personaje”.
Grant no había visto PADDINGTON cuando le ofrecieron el papel, pero se la descargó rápidamente y “quedó profundamente maravillado. Es bastante difícil hacer películas para niños que no resulten demasiado sentimentales o desagradables, y pensé que Paul King lo había logrado”.
Intrigado por la idea de encarnar a Phoenix, a quien King describe como “un tipo odioso”, Grant se embarcó en el proyecto y se lanzó de cabeza al papel. “Pasé gran parte de los primeros años de mi carrera a principios de los 80 trabajando con memorables personajes histriónicos”, explica. “Los aproveché todos para este personaje, porque este hombre es insoportablemente arrogante y vanidoso. No puede ver más allá de su propio físico y talento, y eso le hace cometer actos de los que estoy seguro se avergüenza”. Paddington y Phoenix chocan porque tienen un interés en común: el libro desplegable que Paddington quiere comprarle a la tía Lucy para su 100 cumpleaños. Para Paddington, no es más que un libro desplegable, algo que desea pagar con el dinero que tanto le ha costado ganar haciendo trabajos de lo más curiosos por toda la comunidad y que permitirá a la tía Lucy disfrutar de una ciudad que le encanta pero que nunca ha podido visitar.
En el caso de Phoenix, es la llave para su ambición máxima: un espectáculo en solitario titulado ‘Una velada de monólogos y canciones con Phoenix Buchanan’. “Suena como la peor velada posible, reconoce King. Grant se muestra de acuerdo. “No sé si sería el plan que elegiría para salir una noche”, añade.
El libro es clave para los planes de Phoenix porque solo él sabe que contiene la llave –literal y metafóricamente– de una gran fortuna que ocultó Madame Kozlova, la tatarabuela del propietario de un circo ruso cuya enorme feria ambulante llega a Londres al arrancar la película y sirve de excusa para que Paddington conozca a Phoenix. Decidido a echar mano al libro, Phoenix lo roba de la tienda del señor Gruber y acusa a Paddington, lo que hace que este termine entre rejas. “Su lógica es que el mundo debe estarle tan agradecido por su espectáculo que puede hacer casi cualquier cosa para financiarlo”, apunta Grant.
De esta forma, el villano de PADDINGTON 2 es una pesadilla de hombre, rebosante de orgullo y vanidad, aunque no necesariamente “decidido a acabar con Paddington”, en palabras de King. “Pensamos en un buen antagonista para Paddington, que es alguien tan poco egoísta, amable y educado, debía ser justo lo contrario”.
La casa de Phoenix en Windsor Gardens también tiene un papel destacado en la historia, especialmente en una escena en la que los señores Brown irrumpen en ella para espiar y en la que ella se muestra bastante desconfiada con respecto al peso que ha tenido Phoenix en la detención de Paddington. Lo que encuentran resulta bastante desconcertante: una casa literalmente forrada de fotos de Phoenix a lo largo de su carrera. “Necesitábamos cien fotografías de Hugh”, recuerda King. “Me dijo que él tenía algunas, y vino al día siguiente con varias fotos y retratos a carboncillo que le habían regalado sus fans. Nadie me ha regalado nunca un retrato mío en un sofá medio desnudo. Pero ¡es que yo no soy un sex symbol internacional!”
Y, finalmente, hacen un descubrimiento que roza lo aterrador y que lleva al siempre peculiar señor Brown a exclamar: “¡menudo bicho raro!”: el desván secreto de Phoenix, donde conserva todos sus preciados trajes. Y es que Phoenix es un maestro del disfraz, capaz de alterar su apariencia, modales y acento prácticamente a voluntad, y nada podría resultarle más útil en el robo del libro de la tienda del señor Gruber primero y en su búsqueda del libro de Madame Kozlova después. Eso quiere decir que en PADDINGTON 2 veremos a Hugh Grant con distintos atuendos, incluida una armadura de caballero, vestido de monja y un hombre casi calvo con unas patillas de leñador gigantes. “Cuando me enteré de que el malo era un as del disfraz, pensé: ‘Esto va a ser divertido’”, añade Christine Blundell, la oscarizada directora de peluquería y maquillaje del film. “Y a Hugh se le da muy bien”.
Trabajando en estrecha colaboración con otra ganadora de un premio de la Academia —Lindy Hemming, quien repite colaboración con King—, Blundell diseñó varios looks diferentes para Phoenix, moldeando una cabeza de Grant en escayola para poder mostrárselos al actor, quien se entregó en cuerpo y alma al proceso. “En la primera reunión con Hugh, me dijo: ‘No quiero nada pegado’”, recuerda divertida Blundell. “Al cabo de un rato, era como, ‘¡venga ya, ponédmelo!’” De hecho, fue él quien sugirió llevar un gorro de calvo en la secuencia en la que un cobarde Buchanan trata de escapar por la vía rápida. “Nos dijo: ‘Quizás podría hacer algo con el pelo más largo y patillas?’ Y lo que hice fue combinar todos esos elementos en el molde de su cara para que pudiera verlos objetivamente y dijo: ‘Se le ve bastante calvo, ¿no?’”
Ese planteamiento improvisado del vestuario de Phoenix sirvió para que Hemming no se durmiera. “Creo que es la película en la que más trajes he tenido que crear para un mismo personaje”, afirma. Y no es poca cosa viniendo de alguien que ha trabajado en diferentes títulos de James Bond y Batman. “Me dedico a esto desde hace cuarenta y tantos años, pero nunca había tenido que preparar tantos cambios de vestuario. Phoenix tiene como once o doce looks totalmente diferentes sin ninguna relación entre sí. Pero Hugh ha sido una gran ayuda, realmente brillante”.
EL RESTO DEL REPARTO...
Una vez que los personajes de Paddington y Phoenix ya estaban en pie, llegó el momento para King y Farnaby de prestar atención para asegurarse de que el resto del amplio elenco que conforma PADDINGTON 2 estuviera igual de bien atendido. Y el primero, el señor Brown –Henry para los amigos– que también es otro Hugh, aunque Bonneville en este caso. En la primera entrega vimos a un señor Brown abiertamente receloso hacia Paddington pero que ha bajado las defensas ahora. King tuvo cuidado de no repetir la historia, y en lugar de ello nos presenta a un señor Brown inmerso en una crisis de la mediana edad. “Acaba de perder un ascenso”, explica Bonneville. “Y ha empezado a teñirse el pelo y a practicar una forma extrema de yoga que no se le da muy bien. Los hombres de determinada edad, o que se enfrentan a una situación similar a la del señor Brown, lo entenderán. Tienen la sensación de que han llegado a la mitad de su vida, ¿y eso era todo? Pero, al final, se da cuenta de que la vida no está tan mal. Especialmente si hay un oso cerca”.
En un primer momento, el señor Brown, analista de riesgos de profesión, idolatra a Phoenix Buchanan, que es uno de sus mejores clientes. “Cree que Phoenix Buchanan es lo más. Es miembro del club Platinum, e incluso aunque Phoenix esté encantado de conocerse y trate con condescendencia a cualquier miembro de la comunidad, el señor Brown está muy contento. Y el golpe es mayúsculo cuando se le cae la venda de los ojos”.
Otro personaje recurrente en esta entrega es el de Sally Hawkins en el papel de la señora Brown –Mary para los amigos–, quien detecta la falsa fachada de Buchanan casi desde el principio y se empeña en demostrar a toda la comunidad de Windsor Gardens de que es un charlatán y un mentiroso. Para Hawkins, este regreso ha sido un placer. “Formamos un gran equipo y trabajamos increíblemente bien juntos”, comenta acerca de los Brown. “Creo que eso es lo que tienen de maravilloso. Cuando te enfrentas una crisis, y pienso que esto es extensivo a mucha gente, si encuentras ese espíritu, eres capaz de todo. Cuando alguien a quien amas está en peligro, haces lo que haga falta. Y creo que esa es precisamente la esencia de esta película”.
Peter Capaldi regresa también como el señor Curry, el vecino cotilla. En la primera parte, trataba de deshacer a Windsor Gardens de su peludo nuevo miembro, y se enamoraba perdidamente de Millicent Clyde, interpretada por Nicole Kidman. Ahora, “se ha autodeclarado Fuerza de Defensa de la Comunidad”, explica Farnaby, lo que le permite fomentar un creciente descontento hacia Paddington.
Pero entre los residentes de Windsor Gardens también hay caras nuevas. Mientras Paddington está tratando de conseguir dinero para pagar el libro desplegable realizando todo tipo de trabajos en Windsor Gardens, conocemos a Sanjeev Bhaskar en el papel un vecino olvidadizo, Ben Miller como un coronel quisquilloso y Jessica Hynes dando vida a una solitaria vendedora de prensa cuyo único amigo es un loro. Cuando Paddington va a la cárcel, se suman otras incorporaciones como Noah Taylor en el papel de Phibs, Aaron Neil como Spoon, el cómico Tom Davis encarnando a T-Bone y Jamie Demetriou interpretando al Profesor.
Y también está “Nudillos” McGinty, el irascible chef que dirige la prisión con mano de hierro. Hasta que Paddington se cruza en su camino. Para interpretar al personaje, al que David Heyman describe como “Santa Claus pero con una coraza más dura”, King recurrió al brillante actor irlandés Brendan Gleeson. “Tengo un recuerdo estupendo de la primera película”, confiesa Gleeson. “’Nudillos’ es muy divertido. Es uno de esos tipos con el corazón de oro cuyo exterior dice algo totalmente diferente”.
“Nudillos”, que desempeña un papel vital en la salida de la cárcel de Paddington y su vuelta al mundo real, resume a la perfección la tesis central de la película: no se puede juzgar un libro por la portada. “¡Ni por su gorro de chef!”, añade Gleeson divertido. “Brendan fue increíble”, añade King. “Mantuvo un registro muy real en medio de esta comedia extremadamente visual. Ha aportado muchas cosas que me gustaría pensar que le dimos nosotros, pero que en gran medida proceden de él. Le ha regalado a ‘Nudillos’ mucha calidez y profundidad. Ha sabido analizar al personaje y su trabajo ha sido mucho mejor de lo que nunca imaginamos”.
POR FAVOR CUIDEN DE ESTE OSO...
Pero King y Farnaby han bebido de otra fuente de inspiración: Michael Bond y sus libros. Aunque PADDINGTON 2 no es la adaptación directa de ninguna de las historias del autor, siempre las han tenido a mano. “Mirábamos los libros”, confiesa King. “La escena de la barbería es muy de Michael Bond, y aunque en la película limpie ventanas mientras que el libro pinta, es más o menos lo mismo. Siempre es un placer releerlos”.
El fallecimiento de Bond a los 91 años en el mes de julio dio paso a una oleada de afecto y pena en las redes sociales. Gran parte de ella giraba en torno a un gif del cameo Bond en la primera película en el que brinda con una copa de vino a la salud de Paddington mientras este se zambulle en Londres con los ojos como platos en la parte de atrás de un taxi. En ese momento, fue algo entrañable, un guiño del creador hacia su criatura. Ahora, resulta increíblemente más conmovedor. “Es muy triste”, afirma King, quien llegó a conocer a Bond durante el rodaje de la primera entrega. “Creo que se divirtió mucho con ella, y me encantó que así fuera. Tenía mucho que aportar, algo extraordinario en una persona de su edad”. Sin embargo, en muchos sentidos, Bond y su legado siguen vivos a través de su extraordinaria creación: un oso de gran corazón llamado Paddington.
GALERÍA DE FOTOS
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