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CRITICA
Por: PACO CASADO
Este film exalta los mejores valores humanos del hombre a través de la historia real de dos atletas, Harold Abrahams y Eric Liddell, que fueron medalla de oro en 100 y 400 metros lisos, respectivamente, en la VIII Olimpíada de París, en el año 1924.
Ambos tenían el deseo común de triunfar limpiamente a base de sacrificio, voluntad de perfección física y moral, honradez y bondad.
El primero por sobreponerse a la marginación de ser judío y ser admitido en la sociedad inglesa, el otro por demostrar sus creencias religiosas y poner en práctica la parábola de los talentos, empleando los dones que Dios le dio.
Hugh Hudson debuta en la dirección con este film y hace pleno con su buen trabajo, al disponer de un buen guion, una magnífica fotografía que obtiene una gran belleza en las carreras por la playa o las pistas de atletismo, envuelta en la inspirada y conocida música de Vangelis.
Sorprendió en el Festival de cine de Cannes ganando Ian Holm como mejor actor de reparto y una mención especial en el premio de la OCIC. Consiguió el Globo de Oro a la mejor cinta del año y cuatro Oscar: a la mejor película, Guion original (Colin Welland), Música y Vestuario (Milena Canonero). Tres Bafta: Película, Ian Holm y Vestuario. Premio del público en el Festival de Toronto.
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