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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es raro que el cine islandés, que no suele aparecer por nuestras pantallas, en una misma temporada nos lleguen dos películas, 'Rams, el valle de los carneros' (2015) y 'Corazón gigante' (2014) y curiosamente en ambas interviene el actor Gunnar Jónsson.
Fusi de 43 años, es un tipo solitario e inadaptado que mide dos metros, con sobrepeso de kilos, que nunca tuvo novia, que lo único que le interesa son las batallas de la Segunda Guerra Mundial, que reproduce en miniaturas en el apartamento en el que aún vive con su super protectora madre que no desea que se vaya a pesar de su edad, cuya afición comparte con un vecino.
Su vida se caracteriza por una monótona rutina diaria en una sociedad como la islandesa que tampoco es muy de hacer amigos.
Un día la vida de este gigantón melancólico y poco hablador, que trabaja en el aeropuerto de Reikiavik en la sección de descarga de maletas, donde todos los compañeros se burlan de él siendo acosado constantemente a pesar de su bonomía, que siempre pone buena cara y trata de justificar a todo el mundo, cambia cuando le regalan unos bonos para recibir unas clases en una escuela de baile donde conoce a Sjöfn, una mujer diferente, que necesita ayuda, otra alma solitaria como él y con muchas heridas psicológicas.
Su aspecto no concuerda con su carácter, su bondad y su dulzura, es como un niño grande que no sonríe con mucha frecuencia.
La aparición de Sjöfn y de Hera, la niña de 8 años que es su vecina, alternarán sus antiguos hábitos.
Fúsi tendrá que elegir entre ser un niño como Hera o crecer y seguir adelante con Sjöfn.
El film muestra cómo a veces las personas con sobrepeso son tratados de forma diferente por la sociedad, a pesar de que suelen ser bondadosas, con buen carácter, que sobrellevan sus características encontrando muchas dificultades tanto a la hora de buscar ropa, como de asistir a espectáculos o sitio en los aviones, por ejemplo, lo que a veces les hace ser retraídos y relacionarse poco con los demás, como le ocurre a Fusi convirtiéndose en una persona extraña a pesar de tener un gran corazón algo que no siempre es reconocido por los que le rodean, y cómo el físico puede influir en la vida de cada uno, cómo te valoran los demás o desconfían en este caso de él porque no creen que una persona así tenga un buen corazón.
A lo largo de la trama podemos ver la relación con los vecinos, con la familia, o el problema social de una vecina.
A veces juzgamos a las personas sin llegar a conocerlas realmente y nos podemos equivocar. Eso sucede con Fusi que físicamente no es atractivo pero en el fondo tiene un gran corazón, como apunta el título español, y terminamos sintonizando con su humanidad haciendo creíble que esa mujer se pueda enamorar de él, de su sencillez e inocencia que hace que salve muchos obstáculos.
Es la dramática historia de un perdedor de buenos sentimientos, con una soledad compartida, con un tono amable, que recuerda a 'Marty' (1955), que es el cuarto largometraje dirigido por Dagur Kári, nacido en Francia, que creció en Islandia y fue educado en Dinamarca, del que tan sólo conocemos su cinta 'Un buen corazón' (The good heart) (2009).
Esta es una pequeña película, tierna y amable, con una bella historia de amor. Un film sobre marginados, que nos muestra cómo se sienten y luchan así como las formas que tienen de escapar de la opresora sociedad. Sencilla y entretenida, tierna y emotiva que mezcla comedia y drama con gran facilidad.
El actor Gunnar Jónsson da una gran autenticidad a su papel en el que expresa muchos de sus sentimientos con la mirada. Por su parte Franziska Una Dagsdóttir, que interpreta el personaje de Hera, es la hija del director Dagur Kári, que obtuvo el papel tras presentarse a una audición.
Mejor película, actor Gunnar Jónsson y guion, en el Festival de Tribeca. Mejor actor Gunnar Jónsson en Valladolid. Pirámide de plata al mejor director en el Festival del Cairo.
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