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CRITICA
Por: PACO CASADO
En los años ochenta cuando las películas de terror se situaban en un campamento de verano siempre había algún psicópata que sacrificaba al menos a una docena de jóvenes, ya fuera enmascarado o motivado por algún trastorno del pasado.
Ahora la acción se sitúa igualmente en un campamento de verano en un entorno aislado y hostil pero los que atacan a los acampados son una pandilla de seres infestados por un virus que les provoca una rabia momentánea que los convierte en una especie de zombis que se atacan entre si.
Se pretende recuperar el cine de terror de los 70/80 que fue la mejor época. 'Summer camp' es un poco gamberra con muchos gritos, peleas, sustos y muertes, pero totalmente falta de originalidad y con todos los tópicos del género, a veces ridículos, en una colección de lugares comunes para terminar siendo algo tan disparatado que produce involuntariamente la risa.
La historia que se nos cuenta se centra en cuatro jóvenes americanos, Will, Christy, Antonio y Michelle, en busca de diversión y nuevas experiencias, que se apuntan como monitores de idioma de un cutre campamento de verano situado en el norte de España en torno a una vieja casona, en la que nada funciona, con una cocinera y un cuidador de los animales y sus vecinos son unos yonquis.
Todo indica que será un verano divertido para los niños en donde jugando aprenderán inglés, vivirán desconocidas experiencias y conocerán a nuevos amigos.
Pero se trata de un film de terror y algo pasará esa noche en la que los monitores no serán lo que parecen, no hay cobertura en los móviles, se oyen espantosos gritos, sobresaltos, ruidos raros, chillidos y habrá sangre.
En esa noche anterior a la llegada de los niños, que van a pasar el verano aprendiendo el idioma inglés, los monitores comienzan a atacarse entre ellos sin motivo aparente debido a un virus que provoca la rabia.
Empieza entonces un violento juego del ratón y el gato en el que los roles de cazador y presa se intercambian constantemente.
Es la ópera prima de Alberto Marini, guionista italiano que lleva tiempo trabajando en Barcelona, autor entre otras de 'Mientras duermes' (2011), de Jaume Balagueró y que fue nominado al Goya por el de 'El desconocido' (2015), de Dani de la Torre, que está apadrinado por Balagueró, que se encarga también de la producción.
La cinta no tiene un buen desarrollo de los personajes, una de las chicas tiene problemas personales que nunca se clarifican, otro de los chicos le taladran el pie y se olvida de ello, los tiempos están mal medidos, el desarrollo de la historia es sencillamente descabellado, los efectos gores y el maquillaje son bastante decepcionantes.
Lo mejor es que dura poco, el trabajo de los actores y la belleza de Maiara Walsh y Joselin Donahue, por decir algo, ya que su labor queda muy opaca.
La acción se desarrolla prácticamente casi toda ella de noche con lo cual se ve todo mal, debido a una deficiente iluminación lo que además se agrava con una cámara a mano que resulta francamente mareante y la mayoría de las veces, sobre todo en las escenas violentas, es que no se ve absolutamente nada.
Por otra parte el argumento es completamente risible, lleno de convencionalismos y situaciones trilladas a las que se pretende darles un giro, una auténtica tomadura de pelo, ya que los protagonistas se van afectando por toca, convirtiéndose en rabiosos y a los pocos momentos están curados, no se acuerdan de nada y ahora le toca a otro... en fin qué decir de este auténtico engendro que para colmo nos llega con dos años de retraso ya que han preferido exhibirlo antes fuera y ha sido visto ya por más de 800.000 espectadores en Estados Unidos, México y Malasia antes de estrenarse en España. El resultado final es un total despropósito.
Pasó por el Festival de cine fantástico de Bruselas y el de Sitges.
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