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CRITICA
Por: PACO CASADO
Este drama de inspiración western supone el debut en la dirección del francés Thomas Bidegain, guionista habitual de las películas de Jacques Audiar, que le valió numerosas nominaciones a los premios César, y lo hace con este film.
Comienza en 1994 con una fiesta country y acaba en torno al atentado del 11 S de 2001 y otros hechos terroristas, siendo la historia de una búsqueda, la que llevan a cabo Alain y Kid, en una misión que parece interminable, tras la desaparición de Kelly, su hija y su hermana, respectivamente, a la que buscarán desesperadamente sin descanso.
Es una especie de western donde los vaqueros son los franceses y los indios los árabes, donde Alain, el padre, sale en busca de Kelly, su hija de 16 años, que piensa que ha sido raptada o tal vez ha huido, lo que no importa para este llanero solitario, que la quiere tener a su lado y que se aferra a Kid, su hijo pequeño, para buscar a ese miembro de la familia.
Atrás lo deja todo y el camino se le hace cada vez más hostil, el hijo crece y los años pasan, pero la búsqueda continua y el silencio en torno al tema lo impregna todo haciendo la búsqueda cada vez más inútil del desesperado padre.
Las distancias emocionales se van abriendo a medida que los dos hombres siguen buscando en solitario, ajenos a un mundo que no entienden, hasta que el destino los separa.
Un padre obsesionado y un hijo que madura y crece mientras se alejan entre sí hasta que ocurre de forma definitiva.
No hay piedad para estos personajes que sin tener nada que ver con el mundo que les rodea se encuentran en un callejón sin salida en su búsqueda incesante y sin solución aparente que parece no tener fin.
La trama bien puede ser considerada como una variante moderna de un clásico como 'Centauros del desierto' (1956), de John Ford, a lo que puede hacer más alusión el título original de Les cowboys, pero llevada a cabo partiendo de la Francia actual, aunque en este caso la acción se prolonga en el tiempo y en distintos paisajes, ya sea Amberes, Yemen, Ámsterdam, Siria, Bruselas o Irak, mediante varias elipsis, con un giro en el tercio final con cierta originalidad creativa para lograr una cinta muy personal, con un interesante guion, con una acertada descripción de los personajes, un buen sentido en la puesta en escena, un uso de la elipsis y unas correctas interpretaciones.
En esta ocasión utiliza la ficción para presentar la realidad actual, especialmente en lo que se refiere al fundamentalismo islámico introducido en nuestra sociedad occidental.
Guionista de 'Un profeta' (2009), 'De óxido y hueso' (2012) y 'Dheepan' (2015), todas dirigidas por Jacques Audiard, entre otras, debuta ahora como director de su primer largometraje y, a la vista de lo conseguido, puede ser un valor bastante seguro del futuro cine francés, al convertir en imágenes su propio guion, como no podía ser de otra manera.
Deja el final abierto para que el espectador cierre la historia.
Destaca la música y la fotografía para una película tan clásica como moderna a la vez.
Premio Michel d'Ornano en el Festival de Deauville. .
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