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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es una extraña y no habitual coproducción entre dos países como Irlanda y Cuba, con director y guionista irlandeses, con actores cubanos y ambientada en La Habana, que trata sobre la homosexualidad, la prostitución, la homofobia y que aboga por la tolerancia y la reconciliación familiar.
Jesús es un chico huérfano, cubano, homosexual, de 18 años, que está intentando encontrar su verdadera identidad y ser uno mismo.
Sobrevive mal en la Cuba precapitalista peinando a algunas señoras mayores del barrio y arreglando las pelucas en un cabaret de travestis en La Habana.
Sueña con que Mama, el director del espectáculo, le ofrezca una oportunidad de actuar algún día, ya que quiere ser artista.
Cuando por fin consigue salir a un escenario, un extraño surge de la multitud y le da un puñetazo.
El desconocido es su padre, Ángel, un exitoso boxeador que ha estado ausente durante 15 años.
Jesús perdió a su madre muy pronto y su padre los dejó cuando tan solo tenía tres años para cumplir una condena en la cárcel por asesinato.
Su vida cambia por completo cuando su desaparecido padre, alcohólico y enfermo, al que todos daban por muerto, regresa para compartir casa y vida con él.
Padre e hijo se enfrentan por sus opuestas expectativas y se produce un choque en principio por la ausencia y después porque a Ángel no le parece un oficio respetable que su hijo trabaje de travesti en un cabaret.
Jesús trata de buscar su propia identidad pero sólo halla una manera para ser fiel a si mismo disfrazándose para convertirse en Viva su nombre artístico.
Juntos emprenderán un nuevo camino para volver a ser padre e hijo, recuperar el tiempo perdido y formar otra vez una familia. Jesús acepta a su padre tal cual, es incluso renuncia a lo que quiere ser por él, mientras que el padre termina queriendo a su hijo como es, aunque piense que es una aberración.
Una curiosa película, la octava del director irlandés Paddy Breathnach, ambientada en Cuba, rodada en castellano, que se convierte en una historia de la relación entre estos dos hombres que se esfuerzan por comprenderse, que reflexiona sobre la homosexualidad y la tolerancia.
Estuvo en la preselección de nueve títulos que hace la Academia del cine de Hollywood para ser nominadas a los Oscar al mejor de habla no inglesa, presentado por Irlanda, pero finalmente se quedó fuera.
Tanto el director, tras haber hecho dos títulos tan diferentes como 'El crimen desorganizado' (1997) y 'Cabeza de muerte' (2006) que con este film ha cambiado radicalmente de género y se pasa al drama, como el guionista, son irlandeses, lo que no les ha impedido mostrar la realidad cubana como si hubieran nacido allí para lo que contaron con la producción de Benicio del Toro y unos estupendos actores cubanos.
La idea de hacer esta cinta se le ocurrió al director cuando en los años 90 visitó uno de estos cabaretes de travestis en Cuba y le impresionó el ambiente y la vida de estas personas.
La película retrata de fondo una Habana en crisis, con dificultades para sobrevivir, en la que se echa de menos la cuestión política, de la que no se habla, que apenas aparece en un breve control policial.
El ambiente, su música y la calidad de las interpretaciones del trío protagonista compuesto por un notable Jorge Perugorría como Ángel, no menos grande Luis Alberto García como Mama y muy bien Héctor Medina en el papel de Jesús, logran emocionar y hacer olvidar que esta historia no es nada original.
A ello ayuda una banda sonora compuesta a base de desgarradas canciones cubanas.
Premiada en el Festival de Santa Bárbara.
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