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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es una muestra del joven cine irlandés que se está haciendo en estos momentos, llevada a cabo por un director que hace su segundo film de ficción, tras debutar con 'Ailsa' (1994) tratando de salir de los trillados esquemas de tocar los problemas del norte de su país.
Ha pretendido hacer una cinta de gángsteres pero sin tomársela muy en serio, dándole la vuelta y poniendo en el lugar de los protagonistas a dos pobres hombres, raterillos de poca monta, al servicio de un mafioso que les encarga un trabajo de altura: trasladar a un antiguo socio que ha secuestrado, porque le traicionó, para finalmente liquidarlo, algo que les oculta a ellos.
Es en principio una película de carretera, con todos los problemas que le surgen en el camino y las chapuzas, pequeños robos, etc. que llevan a cabo, que deviene en un thriller cómico.
El resultado es un híbrido que no acaba de estar logrado en un sentido ni en otro, a pesar de que el guion define bien a los dos personajes principales, uno delgado, tímido, el otro grandote y hablador, pero torpe y casi analfabeto.
De este aspecto se desprende lo mejor del film, la relación entre ambos, que se llevan mal al inicio pero que terminan por reconciliarse sacando incluso un puntito de humanidad en algunos momentos, mezclado con las situaciones cómicas y los momentos más duros.
Hay que reconocerle a los dos actores protagonistas, Brendan Gleeson y Peter McDonald, la buena labor que desarrollan, ya que cargan con el peso casi total de la cinta.
Paddy Breathnach, que ganó el Premio Nuevos realizadores con su ópera prima, 'Ailsa' (1994), lo volvió a obtener con este su segundo trabajo, así como el Premio del Jurado, el del Círculo de Escritores al mejor guion y el premio de la crítica en el Festival de cine de San Sebastián 1997. Premio al mejor director en el Festival de Tesalónica. Premio Círculo Precolumbiano de plata en el Festival de Bogotá.
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