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CRITICA
Por: PACO CASADO
Douglas Adams, fallecido en 2001 a causa de un infarto, que colaboró en su juventud con los Monty Pyton, escribió un serial radiofónico que convirtió en una trilogía de novelas, una serie televisiva para la BBC, un video juego y finalmente esta película, al cabo de 30 años, de la que sólo pudo hacer el guion y no la vio terminada.
Los libros se convirtieron en iconos de la literatura de ciencia ficción británica y fueron considerados adelantados a su tiempo.
Arthur Dent ve cómo su casa está a punto de ser derribada el último día del planeta Tierra.
Gracias a su amigo Ford Prefect, que resulta ser un alienígena, se embarca en una nave espacial para vivir esta absurda aventura para la que sólo necesita el famoso libro, para poder encontrar la respuesta exacta al sentido de la vida y de muchas preguntas más acerca del universo.
El guion es un puro disparate, una antología del absurdo, con una gran capacidad inventiva, en el que no se pueden meter más estupideces juntas.
El pretendido humor inglés que dicen tenían los libros (no los hemos leído) no lo vemos por ninguna parte en esta serie de escenas absurdas e incoherente, resultando una historia tan ingenua e inconsistente como desmañada.
Los lectores del libro opinan que Martin Freeman es el actor ideal para encarnara a Arthur Dent, aunque nosotros nos quedamos con la simpatía de Zoey Deschanel en el papel de Tricia, el amor nunca conseguido de Arthur, o la breve intervención de John Malkovich, mientras otros actores se hacen realmente insoportables.
Garth Jennings, procedente de los videoclips, debuta en la dirección, al que hay que agradecerle que su realización nada tenga que ver con ellos, aunque pierde el ritmo en muchos momentos y el resultado es bastante aburrido .
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