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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine francés está encontrando últimamente en el género de la comedia sus mejores resultados ya sea con guiones originales o con adaptaciones de producciones de otros países como ocurre en este caso con la presente que proviene de México con el título 'No se aceptan devoluciones' (2013), escrita, interpretada y dirigida por Eugenio Derbez que tuvo un enorme triunfo de taquilla en su país y que ahora acondiciona el cine galo a sus características, con ligeras variaciones con respecto del original.
Samuel es un joven soltero atractivo y conquistador que vive despreocupado, sin ataduras, ni responsabilidades, que tiene un empleo en un negocio a pie de playa en la Costa Azul de Francia.
Un día Kristin, una chica con la que tuvo una antigua aventura, se presenta con un bebé en los brazos y le comunica que es su hija y tras pedirle dinero para pagar el taxi desaparece sin dejar el más mínimo rastro.
Incapaz de llevar una vida con un bebé intenta buscar a la madre pero sin éxito, habiendo llegado hasta Londres para hallarla y lo que encuentra en su lugar es un empleo como especialista, interpretando escenas peligrosas en películas y series de televisión.
Pasa el tiempo y mientras la niña va creciendo llevan una vida divertida y maravillosa. Sam tendrá que aprender a ser un buen padre y cuidar de la pequeña Gloria que se convertirá en un pilar fundamental en su vida.
Sin embargo, ocho años después la madre regresa para recuperar a su hija, alterando nuevamente la vida de Samuel.
Segundo largometraje del director Hugo Gélin, con esta comedia que arranca como Tres solteros y un biberón (1985), de Coline Serreau, en la que Samuel se encuentra de repente con un bebé y lo que en principio es un personaje inmaduro y divertido, algo frívolo y juerguista, poco a poco se va convirtiendo en un padre responsable al tener que cuidar de su hija, a la que no quería, pero que terminaría por dar su vida por ella si fuera necesario, para finalmente acabar la historia en un auténtico drama.
Recibió el Premio Platino al mejor actor Eugenio Derbez, que era el protagonista en la versión original, que en 'Mañana empieza todo' su personaje lo interpreta Omar Sy, adaptado a su carisma y circunstancias, un poco pasado de rosca, que se apoya a su vez en la pequeña actriz debutante Gloria Colston que le da una estupenda réplica y que origina algunas de las escenas más divertidas de este film, sin olvidar la labor de Antoine Bertrand en el papel de Bernie, el productor gay que le da trabajo, que termina siendo su mejor amigo e improvisado tío para Gloria, conformando una improbable familia.
El guion abusa de los tópicos y un poco de la sensiblería, como lo hacía la original mexicana, para provocar la lágrima fácil en el espectador.
Por otra parte los gags no abundan, ni son de una gran calidad y el ritmo que se le imprime, para ser una comedia, es bastante descafeinado.
Previsible en su desarrollo pero con varios giros y alguna que otra sorpresa de guion al final.
En Francia lleva más de tres millones de espectadores y fue la cinta extranjera más vida en los Estados Unidos con una recaudación de cerca de 45 millones de euros.
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