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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces los premios de los festivales sirven para descubrir a un director o a una cinematografía como en su día solía ocurrir con el Festival de cine de Cannes.
En este caso el mérito debe ser compartido con la Mostra de cine de Venecia que le otorgó el León de oro a su ópera prima '¿Te acuerdas de Dolly Bell?' (1981) y el certamen de Cannes le dio a esta segunda la Palma de oro.
De esta forma se descubrió al cine yugoslavo y la personalidad del director y guionista Emir Kusturica.
Gracias a este premio se pudo distribuir en el mundo entero y fue candidata al Oscar como mejor película en lengua no inglesa.
Kusturica hace una pintura de su país en la década de los años 50, en unos momentos políticos difíciles en los que sitúa la historia de un hombre, mujeriego empedernido, casado y con dos niños, que es acusado por la amante de su cuñado y condenado a un año en un campo de trabajos forzados y dos más de exilio.
La falta del hogar del padre es justificada diciéndole a los hijos que papá está en un viaje de negocios.
La historia está vista a través de los inocentes ojos del hijo menor de seis años, que es sonámbulo, que va descubriendo la vida viendo la realidad que los mayores ponen a su alrededor.
Es una pintura certera, ácida a veces, con gran sentido del humor, teñida de falso patrioterismo a través del fútbol, pero en todo momento lúcida e inteligente.
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