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CRITICA
Por: PACO CASADO
Felice Castriota es un hombre de negocios de Apulia, impulsivo y superficial, que en su afán de hacerse rico, ha cometido el delito de blanquear dinero con la mafia y para evitar ir a la cárcel denuncia al capo y a cambio el juez le permuta la condena a cambio de un año prestando servicios sociales en un centro de personas discapacitadas físicamente desfavorecidas y en condiciones intelectuales severas, situado en Roma que dirige Don Pino, al que es destinado de incógnito, porque la mafia lo busca para traerlo de vuelta y hacerle pagar por lo que ha hecho.
Felice es un hombre egoísta, acostumbrado al lujo y a una vida muy distinta a la realidad completamente diferente que se encuentra cuando entra en contacto con un mundo que desconocía, en el que los internos se burlan inocentemente de él, le gastan bromas en su trabajo, pero terminará descubriendo que siendo útil a los demás también se puede ser feliz.
A ello contribuye el hallazgo en el centro de Antonio, un serio joven hemipléjico, que sueña con hacer en el teatro el drama de William Shakespeare Ricardo III y a Giulia, una joven psicóloga de la que termina enamorándose previsiblemente.
Felice acabará sintiéndose parte de esa gran familia que le hace cambiar la manera de ver el mundo, en esta historia de redención contada en forma de comedia.
El guionista y director Fabrizio María Cortese es el encargado de poner en escena esta historia llena de buenas intenciones, momentos conmovedores y divertidos, que en parte ideó visitando el centro Don Gaunella durante una representación teatral que llevaron a cabo los internos y terminó confiando los papeles de los discapacitados a los propios enfermos del citado centro lo que hace que sus actuaciones sean así más creíbles.
Fue entonces cuando surgió la idea de hacer una película para celebrar el centenario de la muerte de San Luigi Gaunella, pero en lugar de hacer un documental biográfico, era mejor una comedia en la que se diera a conocer su obra para con los desfavorecidos que de esa manera le llegaría mejor al gran público.
A pesar del interés y las buenas intenciones puestas en esta fábula, le ha falta un guion algo más sólido, que se complica la vida introduciendo demasiados personajes lo que hace que no se profundice en ellos.
No obstante no se priva de ocasiones emotivas y emocionales en los momentos más dramáticos, que también los tiene, junto con las escenas de comedia, que igualmente las hay, que hacen sonreír en algunos de los casos, sobre todo con la intervención de los mafiosos y siempre siendo respetuosos con los discapacitados internos que colaboran muy activamente en la consecución de esta emotiva historia, cuyo destino más apropiado debería ser la pequeña pantalla de la televisión.
Está dirigida por Fabrizo Maria Cortese que debutó en la dirección de un largometraje con la comedia 'Welcome Albania' (2000) y tras 16 años de espera nos ofrece ahora el segundo con este 'Ho amici in paradiso' (2016) realizado de forma más o menos rutinaria.
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