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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando no se encuentran argumentos originales que llevar al cine, siempre es un buen recurso hacerlo adaptando una novela y si además ésta es conocida ayuda, ya que el espectador siente curiosidad sobre ella, y más si la ha leído, por comprobar si lo que imaginó el lector sobre lo que escribió el autor coincide con las imágenes.
Dirigida por el cineasta indio Ritesh Batra, es la historia de Tony Webster, un hombre solitario que vive en Londres, un jubilado que entretiene su tiempo con una pequeña tienda en la que vende cámaras de fotografía de segunda mano.
Está divorciado de Margaret, con la que tuvo una hija, Susie, futura madre soltera a la que acompaña a las sesiones de pre-parto y sigue manteniendo buenas relaciones con ambas, mientras vive feliz con su ordenada vida.
Un día descubre que Sarah, la madre de Verónica Ford, su novia de la universidad, le dejó en su testamento un diario que guardaba de Adrian Finn, su mejor amigo, que terminó traicionándole, y él se lo reprochó en una carta, y sobre el que siente curiosidad por conocer cual es su contenido.
Con el fin de recuperarlo, ahora en manos de Verónica, Tony tendrá que sumergirse en su propio pasado y se verá obligado a recordar los fracasos de sus antiguas relaciones de amor y amistad, los errores cometidos y los sentimientos ya olvidados.
Tony tendrá que afrontar la verdad y hacerse responsable de las consecuencia de sus actos en el pasado después de tanto tiempo.
La búsqueda del pretendido diario es la excusa para que Tony vuelva a recordar su pasado que es lo que constituye el argumento de esta historia que vamos conociendo en sucesivos flash backs.
Se dice que recordar es volver a vivir en un ejercicio de reconocernos a nosotros mismos y también a los que nos rodean.
Juventud, amistad, madurez y amor, son claves en esta historia en la que unos amigos en plena juventud se separan por la distancia que provoca el tiempo, pierden el contacto y cada uno se instala en un lugar diferente.
Al protagonista, transcurridos los años, le llega un legado en forma de una carta y una antigua novia tiene la clave.
Indagar en el pasado tiene sus consecuencias y tal vez recordarlo no siempre resulta deseable.
El guion, del prestigioso dramaturgo Nick Payne, hace una adaptación muy fiel de la aclamada novela homónima del escritor británico Julian Barnes, publicada en 2011, en la que mezcla el thriller psicológico con la tragedia, a la que aquí se le cambia el final haciéndolo más optimista.
A lo largo de la trama trata temas como la familia, la soledad, el amor, los recuerdos, la memoria, el arrepentimiento, el pasado... que son elementales en la historia de Tony que en el ocaso de su vida afronta la verdad acerca de unos años pretéritos.
El montaje que se hace entre el pasado y el presente y la representación de los personajes en esos dos tiempos distintos, hace que al espectador le cueste entrar y lo siga con cierta dificultad para coordinarlos debidamente.
Ritesh Batra capta el siempre estilo elegante del cine británico y realiza una dirección muy inglesa y fiel al espíritu del autor, de forma contenida, con el ritmo adecuado, de este drama íntimo, de intriga emocional y de búsqueda en el pasado que se sitúa en los años 60.
Magníficos Jim Broadbent, que soporta todo el peso del film al ser el principal protagonista, y Charlotte Rampling, en un corto papel, así como el resto del reparto.
El director de 'The Lunchbox' (2013) hace con ésta su mejor película.
Premio a la dirección en Palm Springs.
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