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CRITICA
Por: PACO CASADO
Alfred Hitchcock se afincó en el cine norteamericano, después de su etapa inglesa y se advierten en él sus mejores cualidades y características, en esa nueva era.
Una pueblerina joven norteamericana, se casa con el aristócrata inglés Max de Winter, cuya primera esposa, Rebecca, murió en circunstancias extrañas ahogada en el mar.
Tras el viaje de boda se trasladan a la mansión de Winter en donde la joven esposa encuentra por todas partes el recuerdo de Rebecca y aunque trata de adaptarse a las circunstancias de su nueva vida, su inexperiencia le hace fracasar.
La joven esposa inducida por el ama de llaves, que profesa una devoción rayana en lo patológico hacia su antigua señora, llega a sospechar que el señor de Winter continua enamorado de su primera mujer.
Una tímida acompañante de damas, se encuentra con el adinerado Maxim de Winter, en Montecarlo, que parece vivir atormentado por la muerte accidental de su esposa.
Ella y Max se enamoran, se casan, ante el asombro de todos y se van a vivir a Manderley, su gran mansión en Cornualles.
Max está aún preocupado por la muerte de su primera esposa, Rebecca, en accidente el año anterior.
Al volver a Inglaterra tras su viaje de boda, la inquietante señora Danvers, el ama de llaves de la mansión Winter, sigue manteniendo vivo el recuerdo de su antigua señora y hace la vida imposible a su nueva ama.
La señora de Winter se enfrenta con el ama de llaves y descubre que Rebecca aún tiene una extraña y fuerte influencia sobre todos los habitantes de Manderley a pesar del paso de los meses.
Es un relato convencional, basado en la mediocre y efectista novela de la autora inglesa Daphne du Maurier, fielmente adaptada, que conserva la tenebrosidad y el dramatismo del texto literario, que se ajusta muy bien al mundo del llamado maestro del suspense, a su constante presencia de la doble personalidad y a la destrucción de un carácter influido por otro.
Como ocurría en 'De entre los muertos' (Vértigo) (1958) o en la magistral 'Marnie la ladrona' (1964), es una mujer que no puede contrarrestar la influencia nefasta de su pasado.
Su lucha será inútil y la intervención de otra persona hará que logre la ansiada liberación.
Se dan cita el onirismo, la memoria, el amor, la redención del mal por el bien...
Es una historia de amor fou, de vestuarios y decorados glamourosos, de un castillo neorromántico y neblinas convencionales.
Un comedido Laurence Olivier, una magistral Joan Fontaine y Judy Anderson como la señora Danvers, la famosa y retorcida ama de llaves, que fueron nominados al Oscar.
Fue la primera producción norteamericana de Alfred Hitchcock, dirigida con asombroso aplomo y con una comprensión excepcional del tono esencial de la novela, sin dejar por ello de imprimir su huella personal a la hora de regalar las dosis de suspense.
Ganó dos Oscar a la mejor película y a la mejor fotografía en blanco y negro. Premio National Board of Review al film, Joan Fontaine y George Sanders. Premio National Film Registry.
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