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CRITICA
Por: PACO CASADO
En clave de comedia se presenta esta película en la que cuatro amigos de la infancia, Carlos, Marcos, David y Juan, todos ellos cuarentones y casados, se reencuentran veinte años después en una cena de antiguos alumnos y entre risas y borracheras reconocen que sus matrimonios son un fracaso y deciden crear el club de infieles para salir a espaldas de sus esposas, ligar con otras mujeres y así recuperar el deseo perdido de estar con ellas y de paso reforzar su amistad y camaradería.
Como la primera salida no sale como ellos esperaban, resultando auténticamente patéticos, contratan a un profesor para que les dé clases de seducción y que les ayude a ponerse al día.
Según aparece al comienzo de la proyección un rótulo viene a decir, más o menos, que se basa en hechos reales y así lo confiesa el propio director que se inspiró en las infidelidades que llevaban a cabo algunos amigos suyos y en las energías renovadas que adquirían los combatientes en 'El club de la lucha' (1999), para escribir el guion de esta su ópera prima.
No cabe duda de que el tema que trata de las infidelidades en las relaciones en la pareja, el cariño adquirido a través de los años, el amor, el sexo, el deseo marchitado, la monotonía en el acto sexual, son reflexiones que no dejan de ser interesantes y que pueden se tratadas de forma seria, lo que constituiría un drama, o en plan de comedia divertida, que es lo que se ha pretendido hacer en este caso, pero en lo que no se ha acertado es en la forma en que se ha elegido para exponerla en imágenes, en la que los cuatro amigos, más los tres añadidos posteriormente, están constantemente dirigiéndose a cámara para exponer sus argumentos y opiniones en lo que se llevan hablando buena parte del metraje, lo cual se hace ciertamente monótono, en detrimento de más escenas de acción, dando el aspecto de ser más un documental con entrevistas sobre el tema que un film con argumento.
Esto hace que las situaciones, la mayoría de las veces, sean ridículas, groseras o zafias y en otras, a base de comilonas, borracheras o visitas a discotecas, no tengan la más mínima gracia.
En este aspecto nos recuerda a las comedias de ligones españoles reprimidos de otras épocas, de los Ozores, Landa, López Vázquez, Pajares, Esteso y compañía, pero al menos aquellas eran divertidas.
Y por otra parte en ningún momento aparecen las consortes de cada uno de los respectivos maridos, tan sólo se habla de ellas, pero no tienen la más mínima oportunidad, ni el espectador, de opinar sobre ellas, si llevan razón los maridos al haber dejado de desearlas.
El barcelonés Lluís Segura tras escribir siete cortos, una serie de televisión y dar la idea original a media docena de cintas debuta en la dirección de un largometraje con 'El club de los buenos infieles' (2017) que, desgraciadamente, no ha sido un logro ni comercial ni artístico, a pesar del elenco de actores que se comportan lo mejor que pueden, pero no logran salvar el evento, en el que en algunos momentos no tenían ni siquiera guion, teniendo que improvisar.
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