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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras una película seria como 'Los archivos del Pentágono' (2017), Steven Spielberg nos ofrece ahora una de aventuras de ciencia ficción, que no hacía desde hace diez años, basada en el best seller de Ernest Cline, publicado en agosto de 2011, que se ha convertido en un fenómeno mundial.
La historia se desarrolla en un futuro cercano, ambientada en 2045, con el mundo al borde del caos y el colapso, en el que la gente vive en condiciones míseras, en torres de contenedores y barracas, que se refugian en un universo paralelo que se llama Oasis, en el que han encontrado la salvación, un mundo expansivo de realidad virtual creado por el excéntrico multimillonario James Halliday, que está compuesto por una gran cantidad de juegos.
Cuando su creador muere se reta a los ciudadanos a superar tres pruebas, a encontrar tres llaves que abren ese universo fantástico y el que lo logre será el heredero y dueño de su gran imperio.
En esa competitiva carrera aparece un grupo de intrépidos jóvenes que intentarán lograrlo, pero sus pasos serán seguidos muy de cerca por Nolan Sorrento, el dueño de una potente y siniestra corporación que desea tener más para de paso esquilmar a los usuarios, que será el más fuerte competidor para ellos.
Los protagonistas son chicos que tienen problemas en sus vidas. Wade Watts es un huérfano que vive con su tía y el novio de ésta que es un maltratador, que habitan en un gueto de Ohio.
Samantha es una chica decidida a pelear para vengar la muerte de su padre debido a sus deudas.
Ambos se evaden visitando el universo virtual de Oasis, a través de sus avatares, Percival y Artemisa, respectivamente, pero no se conocen físicamente.
El film retrata a una sociedad que está harta y en declive en la que todo el mundo se conecta a Oasis en donde la felicidad parece que es más posible lograrla.
Es un impresionante ejercicio de nostalgia de los años 80 a través de incontables referencias a tres tipos de cosas: los videojuegos, las películas y las canciones de la época.
Hay escenas referentes a 'Regreso al futuro' (1985) a través del famoso coche Delorean, a 'El resplandor' (1980) mediante la reproducción del hotel Overlook, o de 'El gigante de hierro' (1999) cuyo protagonista está construyendo Samantha que entra en acción en un momento determinado y oportuno, entre otros muchos títulos.
Son tantas las referencias y los homenajes al cine de los años 80 que a veces pasan desapercibidos, en los que Steven Spielberg reivindica ser el rey del cine, uno de los mayores creadores de iconos contemporáneos y el más dotado para las secuencias de acción que aquí se unen, al tiempo que se apropia de personajes propios y ajenos a los que recluta para un mundo cercano que se ha empobrecido y sus habitantes se han refugiado en la realidad virtual de Oasis donde cada cual puede ser lo que quiera.
Aunque no se vivieran esos años, los espectadores encontrarán mucho entretenimiento y guiños nostálgicos de los momentos más felices de aquella época.
Visualmente es realmente deslumbrante con una atmósfera en tonos pálidos, con la estética de los videojuegos, que contiene escenas de acción que son ciertamente impactantes.
Más de la mitad del metraje está llevado a cabo a base de animación, ya que los protagonistas están la mayor parte del tiempo metidos en el juego virtual de Oasis.
A pesar de que es un poco larga de metraje sin embargo se deja ver bastante bien sin que se haga notar el exceso de minutos debido a una acción constante.
La cinta critica el consumismo, la maldad y el peligro de las grandes corporaciones y de las redes sociales, el maltrato machista, la pobreza global de la sociedad, etc. pero también resalta los lazos de la amistad, el descubrimiento del primer amor y la aceptación de uno mismo y de los demás.
En definitiva es una historia sobre este grupo enfrentado al poder absoluto y malvado originando algunas de las secuencias más espectaculares con la mayor acumulación de videojuegos reunidos en un film, lo que acaba por ser el mayor atractivo, pero a la vez es su talón de aquiles debido a que renuncia a un discurso propio, lo que no impedirá que los fans del cine de los 80 lo acepten.
Realizada con la destreza visual y el sentido habitual que tiene Spielberg de la aventura, ofrece un emocionante espectáculo lleno de acción, un entretenimiento puro y duro, para pasar el rato pero con un ritmo y una fuerza apabullante, bien narrada y contada, en la que nadie es un fracaso si tiene amigos, ya que lo importante no es ganar sino los amigos que puedes hacer.
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