|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El director Walter Hill es especialista en cintas de acción, género en el que mejor se desenvuelve.
En esta película vuelve a ensayar la fórmula que tanto éxito le dio en la anterior 'Límite: 48 horas' (1982), con el añadido de otros ingredientes, con una pareja de policías de caracteres muy diferentes haciendo contraste.
Aquí es Ivan Danko, un agente soviético, serio, fuerte, atlético, con unos métodos muy personales y característicos de la forma de actuar de su país, que se ve obligado a viajar a los Estados Unidos y pedir ayuda a la policía americana para dar caza en Chicago a Viktor Rostavili, un narcotraficante georgiano, que mató a su compañero, que huyó de su territorio e intenta introducir la droga en la URSS.
El compañero que le dan es Art Ridzik, todo lo contrario, risueño, marrullero, bromista y también tiene sus trucos, un agente de la brigada de narcóticos local con el que se ve obligado a trabajar.
Rodada en plena época de la perestroika es un intento de aunar el cine policiaco que le había hecho famoso a Hill con el trasfondo de la Guerra Fría.
En el contraste entre ambos es donde reside el interés del film que de no ser por ello sería uno más sobre el problema del tráfico de drogas.
De ello se ocupa de forma muy profesional la pareja protagonista, Arnold Schwarzenegger, que empezaba a despuntar como estrella del cine de acción, como el agente ruso y James Belushi, en el papel del policía americano que le daba el contrapunto humorístico, mientras James Horner subraya con su música las emocionantes escenas de acción.
'Danko: calor rojo' se sitúa en el momento de máxima colaboración entre Walter Hill y la productora Carolco, época caracterizada por la falta de control final que el director tuvo sobre sus películas.
Pese a ello Hill pudo incluso rodar en la Plaza Roja de Moscú, lo que demuestra dos cosas: que tenía un holgado presupuesto y que la Guerra Fría estaba llegando a su fin.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE