|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El abnegado sheriff de Flat Rock debe hacer frente a la amenaza de un gángster que quiere vengar la muerte de su padre.
El sheriff no se acobarda y Sally, su novia, le reprocha el riesgo que afronta al presentarle batalla y ambos se enfrentan a vida o muerte.
En 'Tierra de violencia' (1956), estrenada con retraso en España, se puede apreciar la indudable influencia de algunas películas del Oeste.
Hay momentos en que su similitud llega a ser sospechosa, incluso en los decorados.
En casi todas las escenas de la cárcel en que aparece Walter Brennan, podríamos decir que eran fotogramas calcados de 'Río Bravo' (1959), de Howard Hawks.
En otro momento la duda de la aptitud física del sheriff para defenderse, recuerda a 'Un revolver solitario' (1956), de Harry Horner.
Lo que tiene auténticamente valor en el western es su desarrollo fílmico: la acción, la situación, la plasticidad de las imágenes y el conjunto.
Consiguiendo ésto no importan los tipos repetidos y las escenas parecidas.
Aquí no se ha logrado por la realización, por falta de imaginación del director, por la ausencia de sentido estético, ya que la pura mecánica de rodaje la tiene.
El oficio lo cumple a la perfección, pero le ha faltado inspiración, el hálito artístico, la fuerza épica, el matiz lírico.
Está ausente el arte en este western con altas dosis de melodrama dirigido con correcto pulso por Robert D. Webb, que tiene todos los ingredientes para ser catalogado como un film que sigue los parámetros clásicos del género.
El guion, que parte de una novela homónima de Verne Athanas, es mediocre, pero bien construido, con retazos de otros anteriores.
La cabecera de cartel la ocupan Robert Ryan y Jeffrey Hunter, mientras que Virginia Mayo pone el toque femenino a esta cinta en la que los actores están bien.
Buena música y fotografía de menos calidad.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE