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CRITICA
Por: PACO CASADO
Películas policíacas en la historia del cine hay infinidad de ellas, ya que durante muchos años fue uno de los géneros preferidos junto con el western de las productoras norteamericanas y a lo largo de ellas se nos han presentado multitud de casos, no sólo de atracos y asesinatos sino también de desaparecidos que, de un día para otro, se dejaron de tener noticias de ellos y se recurre a la investigación policial para encontrarlos.
No obstante todos tienen un esquema parecido y una fórmula de realización y puesta en escena más o menos similar con algunas variantes, por lo que es realmente difícil presentarlas al espectador de forma distinta.
A pesar de ello el guionista y director de origen indio Aneesh Chaganty se lo propuso y para ello se ha basado en los medios de comunicación que más empleamos en estos momentos, como es el móvil y el ordenador, para debutar en la dirección del primer largometraje que constituye su ópera prima como tal en 'Searching' (Buscando) (2918) palabra que expresa una de las acciones que más se hacen a través de ellos.
Después de que Margot, la hija de 16 años de David Kim desapareciera misteriosamente, se abre una investigación local y se asigna el caso a la a la detective Rosemary Wick.
El padre está acostumbrado a saber de su hija a través del móvil o del ordenador por Skype y desde hace dos años que su esposa Pamela murió, está mucho más atento a seguirla constantemente.
Pero 37 horas más tarde y sin una sola pista en la investigación, David, pide ayuda a la detective Wick, pero también decide buscar en el único lugar donde nadie había buscado todavía y en el que se guardan todos los secretos hoy en día: rastreando en el ordenador portátil de su hija, para hallar alguna pista que pudiera ayudar a la detective en su trabajo a encontrarla.
De esta forma se llevan a cabo dos investigaciones paralelas, la real de la policía y la virtual que lleva a cabo el padre.
David deberá seguir las huellas digitales de su hija antes de que desaparezcan para siempre en esta tensa y emocionante historia de amor paterno filial.
Este drama social está filmado casi en su totalidad a partir de las pantallas de móviles y ordenadores consiguiendo así un thriller hipermoderno, muy actual, que está narrado a través de los dispositivos tecnológicos que solemos usar a diario para comunicarnos: las redes sociales, los mensajes de texto, los correos electrónicos, facebook, twiter instagram, fotos, videos. Somos lo que escondemos en los móviles y el ordenador que ocultan nuestra identidad virtual.
Ciertamente el método de reinventar la vanguardista tecnología moderna y la narración digital no deja de ser original, pero hay que reconocer que el comienzo, en el que se nos presenta a la familia Kim a través de la pantalla del ordenador, y además en buena parte del metraje, es un auténtico galimatías y en muchos momentos sólo tenemos en pantalla el rastreo a través del ordenador, en silencio.
Para quien no sea un experto en informática, para seguir lo que se está haciendo, puede resultar algo incomprensible y un poco aburrido.
No obstante el guion, cuya historia no es muy innovadora, nos va ofreciendo datos de la actuación de Margot cuyas acciones son contradictorias, con giros impredecibles, con sorpresa final incluida pero con una base emocional y emotiva al mismo tiempo cargada de suspense, para este thriller bien construido que invita a reflexionar a los padres hasta donde puede llegar la libertad y confianza que han depositado en sus hijos.
El film sorprendió a la crítica cuando se pasó en el Festival de cine de Sundance donde se alzó con el premio Alfred P. Sloan al mejor guion y con el del público.
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