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CRITICA
Por: PACO CASADO
El género terrorífico cada vez gusta más a los jóvenes, que son en definitiva los potenciales espectadores que ocupan en estos momentos las salas comerciales.
Si además a estas producciones se les añade un poco de comedia, algunos gags y varios efectos especiales, el guiso está servido. Esa es la receta que han usado los productores de Bitelchus, que posee todos los condimentos que son necesarios para que ellos lo pasen bien.
El cine, a lo largo de su historia, ha usado cada uno de los recursos que tenía a mano.
No es nuevo que se utilicen ahora tanto los efectos especiales, porque esa misma magia es la que manejaba Georges Melies en las primitivas películas del comienzo del séptimo arte, aunque, lógicamente esos trucos han evolucionado, ahora se crean con más perfección y haciéndonos creer fácilmente lo que no existe.
En esta ocasión la comedia en cuestión está protagonizada por Adam y Barbara, un matrimonio que vive en una gran mansión en Winter River, un pequeño pueblecito, de Nueva Inglaterra en Connecticut, que piensan pasar sus vacaciones en su espléndida casa en el campo.
Ese mismo día en que dan comienzo, un mortal accidente de automóvil les hace pasar a la otra vida, cambiando su idílica existencia terrenal por otra confusa y ultraterrena, aunque vuelven a su casa, pero ahora convertidos en fantasmas, y condenados a vivir en ella durante 125 años.
En un principio creen que podrán seguir haciéndolo plácidamente como fantasmas vagando por ella toda la eternidad, pero aparecen Charles y Delia, una adinerada pareja neoyorquina, con su hija Lydia, que desean vivir lejos de la Gran manzana para calmar los nervios desquiciados de Charles, que la compran, sin conocer la existencia en ella de fantasmas.
Lógicamente a Adam y Barbara les resultan muy molestos los nuevos inquilinos que la decoran con un gusto totalmente opuesto al suyo.
¿Qué puede hacer la pareja ahora convertida en fantasmas para librarse de estos seres humanos presuntuosos y snobs que han invadido su hogar y amenazan con hacer la vida imposible incluso a los muertos?.
Todo su empeño consiste en asustarlos para que se vayan pero al no lograrlo recurren a un bioexorcista autónomo que se llama Bitelchus, pero el efecto conseguido es el contrario ya que se convierte en una atracción con la que la familia gana dinero.
'Bitelchus' es una fantasía cómica que confiere un chiflado toque sobrenatural a los incontables relatos de duendes y fantasmas, mezclando vivos y muertos en un argumento cómico y de terror, incorporando una amplia colección de efectos especiales para producir tanta magia como es posible y sorprender al espectador.
Tim Burton, que procede de la factoría Disney, hace con éste su segundo largometraje tras debutar con 'La gran aventura de Pee-wee's' (1985), no visto en España, que denota aún una falta de pulso y un tener las cosas claras para llevar a mejor puerto este proyecto, a pesar de que cuenta con abundantes efectos especiales, buenos y originales decorados y un aceptable trabajo de la pareja protagonista, pero no logra que su producto sea todo lo brillante que debiera.
Oscar al mejor maquillaje. Premio Saturno al mejor film de terror, actriz secundaria Sylvia Sidney y maquillaje de la Academia de Ciencia Ficción, fantasía y horror. Premio BMI a la mejor música de Danny Elfman. Premio Young Artist a la mejor cinta familiar.
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